Por Esto!
27 de octubre de 2019
Alejandro Solalinde Guerra, sacerdote, activista y defensor de los Derechos Humanos, respaldó ayer la decisión del Presidente Andrés Manuel López Obrador de liberar a Ovidio Guzmán López, hijo del “Chapo” Guzmán, pues con ello se evitó una masacre en contra de la población.
Consideró que en este caso se perdió una batalla contra el crimen organizado, pero no la guerra, además de que, dijo, López Obrador es un presidente que no le está apostando a la violencia como los anteriores mandatarios, pero ello no implica que se vaya a bajar la guardia.
Solalinde Guerra fue entrevistado en Mérida y sostuvo que AMLO evitó una carnicería porque los delincuentes no iban a tocarse el corazón e iban a atentar contra la población.
Solalinde Guerra fue entrevistado en Mérida y sostuvo que AMLO evitó una carnicería porque los delincuentes no iban a tocarse el corazón e iban a atentar contra la población.
“Creo que evitó una carnicería; me queda claro que el Cártel de Sinaloa no se iba a tentar el corazón contra la sociedad civil y hubiera sido un infierno en Culiacán, por eso optó por parar eso inmediatamente, que se retiren inteligentemente, cuidando a la gente. Hoy podemos ver a la gente tranquila, pero eso no significa que van a bajar la guardia”, reiteró.
El sacerdote reconoció que tuvo fallas el operativo para capturar al hijo del “Chapo” Guzmán porque los uniformados no contaban con la orden de aprehensión, además de que se vieron rebasados por los miembros del crimen organizado.
“El presidente ha dicho que no van a hacer nada que esté fuera de la ley; en otros gobiernos, la policía entraría por las malas, se lo llevarían como diera lugar y si los amenazaban les hubiera valido que mataran a la gente”, expresó.
Recordó que en el caso de Culiacán los delincuentes ya habían tomado rehenes, incluso familiares de los propios militares, y por ello López Obrador tomó la decisión, junto con los del Gabinete de Seguridad, de no exponerlos.
“Tenía dos opciones: o la captura de una persona, que tarde o temprano va a caer, o la vida de personas inocentes que no tenían nada que ver… él las defendió, no inició una guerra”, reiteró.
Recordó que en el caso de Culiacán los delincuentes ya habían tomado rehenes, incluso familiares de los propios militares, y por ello López Obrador tomó la decisión, junto con los del Gabinete de Seguridad, de no exponerlos.
“Tenía dos opciones: o la captura de una persona, que tarde o temprano va a caer, o la vida de personas inocentes que no tenían nada que ver… él las defendió, no inició una guerra”, reiteró.
Consideró que a pesar de lo sucedido el Gobierno Federal no va renunciar a la captura del delincuente y por ello dijo que únicamente se estaría dilatando su detención, aunque señaló que se requiere una estrategia inteligente que no exponga a los ciudadanos.
Resaltó que lo sucedido en Culiacán muestra el nivel que alcanzó el narco-Estado con los anteriores gobiernos de Peña Nieto y de Calderón.
“Este evento en Culiacán nos dio una probadita de la cruda realidad que vivimos en México. Es un país en zona de desastre, pues no creían que vivimos en un narco-Estado. Es sólo un aspecto para ver cómo los poderes fácticos pueden más que las legítimas autoridades y saben cómo chantajear y amenazar para doblegar momentáneamente a la justicia”, concluyó.
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