sábado, 19 de junio de 2021

Peso sufre menos con AMLO que con Calderón o Peña - lajornada20201209

 

Peso sufre menos con AMLO que con Calderón o Peña


miércoles 9 de diciembre de 2020
En lo que resta del año el pesos podría alcanzar niveles de hasta 19.50 unidades por dólar. Foto Notimex / Archivo

Ciudad de México. En los primeros dos años de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obardor, el peso no sólo no ha perdido valor frente al dólar, sino que se ha apreciado ligeramente, superando lo hecho por sus dos predecesores: Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón, quienes en el mismo lapso enfrentaron una fuerte depreciación de la moneda.

De acuerdo con el registro del Banco de México (BdeM), cuando el gobierno actual tomó el mando, el primero de diciembre de 2018, el tipo de cambio interbancario se ubicaba en 20.30 pesos por dólar, y ahora se ubica en se encuentra en 19.80 unidades, es decir, tras dos años se ha apreciado aproximadamente 2.5 por ciento.

En contraste, en diciembre de 2006, Felipe Calderón tomó las riendas del país con un peso cotizando en 10.93 unidades por billete estadunidense, dos años después estaba en 13.59, es decir, una depreciación de alrededor de 24 por ciento. A lo largo del sexenio del panista la moneda mexicana se mantendría en esos mismos niveles.

Para la llegada de Enrique Peña Nieto, en diciembre de 2012, el tipo de cambio interbancario cotizaba en 12.96 pesos por dólar y dos años después, es decir, en el último mes de 2014, la moneda se encontraba en 13.94 por divisa estadunidense, una depreciación de 7.53 por ciento.

A lo largo del mandato de este último el peso mexicano perdió aproximadamente 50 por ciento de su valor, pues de cotizar en casi 13 unidades por dólar, se disparó a 20 pesos.

Durante lo que va del sexenio de López Obrador el tipo de cambio ha enfrentado fuertes presiones provocadas, principalmente, por la pandemia de Covid-19, que en mayo pasado lo llevó a niveles hasta de 25 pesos por dólar, es decir, una depreciación de casi 25 por ciento respecto a los niveles de diciembre de 2018.

Sin embargo, contra todo pronóstico (algunos especialistas estimaron que llegaría a niveles de 30 pesos por dólar), la moneda mexicana ha mostrado resiliencia y no sólo se ha recuperado, sino que está en un menor nivel que hace dos años.

Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base, indicó que la fuerte depreciación que mostró el peso durante el inicio de la pandemia de Covid-19, se dio como consecuencia de que se descartaron apoyos fiscales para impulsar la economía, a lo que se sumó la incertidumbre por la cancelación de una planta cervecera en Mexicali.

Sin embargo, después regresó el optimismo de los inversionistas, en parte, gracias a que a diferencia de otras naciones, México ha enfrentado la crisis sanitaria sin recurrir a endeudamiento, lo que ha sido bien recibido por las agencias calificadoras, las cuales no han bajado la nota soberana del país.

Otro punto a favor de la moneda mexicana, coinciden diversos analistas financieros, ha sido el optimismo generado por el avance en la vacuna para contrarrestar el Covid-19.

De continuar el optimismo local, y sobre todo los avances sanitarios, apuntaron analistas de CIBanco, el peso mexicano se puede seguir apreciando en lo que resta del año, al punto de poder alcanzar niveles de hasta 19.50 pesos por dólar, lo que no ocurre desde finales de febrero de este año, es decir, antes de la llegada a México del virus.


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miércoles, 16 de junio de 2021

El bloqueo a Cuba es un arma de guerra, que no quede duda (+Video)


Date: jue, 3 de jun. de 2021 

El bloqueo es un arma de guerra, que no quede duda (+Video)


«El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de Estados Unidos a Cuba es la expresión suprema de la transgresión del derecho internacional, pero frente a él se expresa día a día la firme voluntad de un pueblo heroico de defender con lealtad, dignidad y entereza su independencia y soberanía», afirmó José Luis Toledo Santander


Granma. La Habana. «El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de Estados Unidos a Cuba es la expresión suprema de la transgresión del derecho internacional, pero frente a él se expresa día a día la firme voluntad de un pueblo heroico de defender con lealtad, dignidad y entereza su independencia y soberanía».


Así afirmó José Luis Toledo Santander, presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos, durante la audiencia parlamentaria por el levantamiento del bloqueo: Cuba frente a dos pandemias, que se efectuó este viernes, con la presencia del miembro del Buró Político Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en la sede del máximo órgano de poder estatal.


https://www.youtube.com/watch?v=sxaUvE2fNGM&ab_channel=EuropaporCuba


Recordó que, desde el propio triunfo de 1959 y la promulgación de las primeras leyes de beneficio popular, al Gobierno estadounidense le quedó claro que la Revolución Cubana era verdadera y rompía los moldes de control hegemónico de Washington en la Isla. 


Movilización realizada en el Malecón habanero.


Fue la antesala a esta guerra no declarada, de escalada agresora e indiscutiblemente genocida que, en su doloroso tránsito hacia nuestros días, ha dejado una secuela de muertos, daños y carencias, y deviene en el mayor obstáculo a nuestro desarrollo, resaltó.


El diputado Raúl Palmero Fernández, asesor jurídico de Antillana de Acero, aseveró que las acciones contra Cuba no califican como embargo –como se empeñan en decir desde el Norte–, pero la asfixia, el aislamiento y la inmovilidad a la que nos someten sí tipifican como bloqueo, lo cual es, además, un acto de guerra.


El bloqueo es real, insistió. «No solo en su contenido, sino en sus efectos concretos». Desde abril de 2019 hasta marzo de 2020, esta política ha causado pérdidas al archipiélago en torno a los 5 570 millones de dólares, y quizá la aplicación de la "Ley" Helms-Burton y la persecución a las transacciones financieras sean los ejemplos más conocidos, pero las afectaciones son muchas más amplias y sensibles, sostuvo.


Carlos Fernández de Cossío, director general para EE. UU. del Ministerio de Relaciones Exteriores, aseveró que el bloqueo es un arma de guerra dirigida a someter, y si no ha cumplido su propósito es por la naturaleza propia de nuestra sociedad y de la Revolución Cubana.


Durante la audiencia –convocada por las comisiones de Relaciones Internacionales, Asuntos Constitucionales y Jurídicos, y Salud y Deporte del legislativo cubano– los diputados también denunciaron los daños del bloqueo en el comercio exterior, el turismo, el sector privado, así como en las esferas de la salud y la industria biofarmacéutica.

Por otra parte, la comunidad internacional reiteró una vez más el apoyo a Cuba y condenó el carácter genocida de esta política sostenida por más de 60 años. Beatriz Paredes, senadora de México y presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe, expresó la solidaridad del pueblo mexicano y rechazó de manera contundente la unilateral política de la Casa Blanca, por ser este «un instrumento que viola los derechos humanos de millones de cubanos».


Tal criterio lo compartió Dimitrios Papadimoulis, vicepresidente del Parlamento Europeo, al señalar el bloqueo como una práctica anacrónica e inhumana, condenada durante décadas casi por la unanimidad de la Asamblea General de Naciones Unidas.


Robert Fico, ex primer ministro de Eslovaquia, comentó que es reprochable que alguien elija a Cuba como objeto de su odio solo porque exista y resista, y reiteró su pleno apoyo al rechazo de la absurda política estadounidense. Además, hizo saber su gratitud a los miles de médicos y paramédicos cubanos que siguen ayudando en la lucha mundial contra la COVID-19.

 

 

Arranca movilización mundial contra bloqueo de EEUU a Cuba


La Habana, 29 may (Prensa Latina) Centenares de personas reclamaron hoy en una veintena de países el cese del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, en la víspera de la Tercera Caravana Mundial de Solidaridad con la Isla, a realizarse este domingo.


Las movilizaciones tuvieron lugar en 40 ciudades del orbe, y se inscriben en la jornada global contra ese cerco a efectuarse hasta el 23 de junio cuando Cuba presentará en Naciones Unidas el informe sobre el impacto de esa política, que se prolonga por más de 60 años.


De acuerdo con el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (Icap), decenas de personas se manifestaron en Caracas y Maracaibo, Venezuela, y en San Pedro Sula, Honduras, en apoyo al pueblo cubano. Asimismo, el Comité de Solidaridad con Cuba en Puerto Rico se sumó al clamor internacional en defensa de esta nación antillana, en tanto grupos de activistas marcharon en Brasil y El Salvador, señaló la fuente.


Paralelamente, en Europa, de las 30 ciudades italianas donde tendrán lugar acciones este fin de semana, en la jornada de hoy se reportaron marchas en Trieste, Cologno, Ancona, Senigallia, Cremona, Faenza, Milán, Pordenone, Lodi y Unide.


En el contexto de la campaña europea UNBLOCK CUBA los activistas participaron en una 'bicicletada', con salida en la Embajada de esta isla caribeña en Berlín, Alemania, y se organizaron también protestas en Núremberg y Düsseldorf.


El Icap reportó además concentraciones, caminatas, desfiles vehiculares y mítines, entre otras iniciativas, en varias ciudades de España, Reino Unido, Irlanda, Nueva Zelanda, Etiopía, Níger, Liberia, Eslovaquia, Túnez y Namibia.
Más de 70 ciudades del mundo se sumarán este domingo a la condena del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, confirmó hoy a Prensa Latina el cubanoamericano Carlos Lazo, coordinador del Movimiento Puentes de Amor que exige el fin de esas sanciones unilaterales de Washington.


Es por ello, dijo, que si bien se registra formalmente el 7 de febrero de 1962 como el momento en que se implanta el bloqueo económico, hay que reconocer que mucho antes ya se venían aplicando medidas que buscaban cercar económicamente a nuestro país e incitar, con ello, una oposición que produjera un cambio de gobierno favorable a sus intereses.



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martes, 15 de junio de 2021

Castigo penal a responsables, sin viabilidad jurídica.


Date: jue, 10 de jun. de 2021 

Castigo penal a responsables, sin viabilidad jurídica.


A 50 años de la masacre del Jueves de Corpus no existe ya ninguna posibilidad jurídica de que se castigue penalmente a los responsables materiales e intelectuales del asesinato de estudiantes y ciudadanos que el 10 de junio de 1971 pretendían marchar desde la Escuela Normal Superior, en el Casco de Santo Tomás, al Monumento a la Revolución.


Documentos que obran en el Archivo General de la Nación y obtenidos por la historiadora Ángeles Magdaleno Cárdenas, como directora de Información y Análisis Documental de la extinta Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp), acreditan que el coronel Manuel Díaz Escobar era el líder visible del grupo paramilitar conocido como halcones.


Asimismo, reportes de las desaparecidas direcciones Federal de Seguridad y de Investigaciones Políticas y Sociales documentan que los halcones golpearon y asesinaron a decenas de participantes de la marcha que avanzaba sobre la calzada México-Tacuba alrededor de las cinco de la tarde, en el hecho conocido históricamente como halconazo.

Ese día, estudiantes normalistas, universitarios y politécnicos, apoyados por organizaciones sociales, salieron a marchar para exigir la libertad de los presos políticos y en rechazo a la nueva Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Nuevo León.


Entre quienes han sido identificados como mandos de los halcones y que abrieron fuego contra los manifestantes, se encuentran Víctor Manuel Flores Reyes, Rafael Delgado Reyes, Sergio San Martín Arrieta, Mario Efraín Ponce Sibaja y Candelario Madera Paz. Todos ellos formaban parte de Fusileros Paracaidistas.

Las consecuencias del desenlace de aquel episodio: el regente Alfonso Martínez Domínguez renunció al cargo; el jefe de la policía capitalina, general Daniel Gutiérrez Santos, fue sustituido por el coronel Rogelio Flores Curiel; el coronel Manuel Díaz Escobar desintegró los halcones y semanas más tarde fue enviado como agregado militar a Chile, nación en la que dos años después su amigo, el general Augusto Pinochet, encabezaría el golpe militar contra el presidente Salvador Allende.


En 2004, la Femospp, órgano dependiente de la entonces Procuraduría General de la República y hoy desaparecido, trató de enjuiciar a algunos de los involucrados en los actos del Jueves de Corpus, pero el juzgado segundo de distrito en materia penal de la Ciudad de México negó las órdenes de aprehensión en contra del ex presidente Luis Echeverría y quien fuera su secretario de Gobernación, Mario Moya Palencia.


La resolución fue revisada por el quinto tribunal unitario y en julio de 2005 confirmó la negativa del Poder Judicial de la Federación a procesar a esos políticos del PRI.


Entre 2005 y 2006 el caso fue revisado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación sin ningún resultado a favor de la justicia para las víctimas de esa masacre. El máximo tribunal definió el periodo de prescripción del delito de genocidio del que se acusó a los altos funcionarios involucrados en los hechos y un año después rechazó crear una comisión para investigar lo sucedido y establecer una verdad histórica.


Desde 2005, integrantes del Comité 68 Pro Libertades Democráticas presentaron una queja ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington, y acusaron al Estado mexicano de negar sistemáticamente justicia en el caso del 10 de junio de 1971. A la fecha no han tenido respuesta.


 

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lunes, 14 de junio de 2021

200 mil niños más orillados a trabajar en México.


Date: dom, 13 de jun. de 2021 


200 mil niños más orillados a trabajar en México.


Ciudad de México. Ante la crisis por la pandemia, se estima que 200 mil menores seincorporarán al trabajo infantil en el país en un año, advirtió Maripina Menéndez, directora de Save the Children México.


A ello, añadió, hay que sumar los "más de 3 millones de menores que abandonaron la escuela este ciclo escolar, y que están en un riesgo de sumarse" a las filas de las labores remuneradas y no, que actualmente suman 3.3 millones, según la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI).


En el foro Niñez libre de trabajo, convocado por la de Comisión de Derechos de la Niñez y de la Adolescencia del Senado, Menéndez apuntó que es fundamental el papel de la sociedad para visibilizar esta problemática "que se ha normalizado y se vuelve mucho más compleja, desafiante y urgente de atender", ya que someterse al trabajo formal, se interrumpe el desarrollo mental de los infantes y crea cadenas generacionales de abandono escolar y precarización de estilos de vida. Además de riesgos de sufrir maltrato sicológico, físico y hasta sexual.


En su más reciente informe, la Organización Internacional del Trabajo revela que los niños y adolescentes que se desarrollan en algún empleo –la mayoría de ellos en labores de alto riesgo– aumentó a 160 millones, debido a la emergencia sanitaria.


El organismo advirtió que, de no tomarse las medidas necesarias, 9 millones de entre 5 y 17 años en el mundo entrarían a la población ocupada en 2022.


México, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, es el segundo país de la región con mayor cifra de niños ocupados, después de Brasil y por encima de Perú. A escala nacional, Oaxaca, Puebla y Chiapas son los estados que presentan mayor problemática, así quedo manifiesto en el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil que se conmemoró este sábado.



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"Derechos humanos al estilo estadounidense" avivan el odio.


Date: dom, 13 de jun. de 2021 


"Derechos humanos al estilo estadounidense" avivan el odio.


Beijing, 04/2021 (Diario del Pueblo) -La situación de los derechos humanos en Estados Unidos fue criticada por varios países en la 46ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas celebrada el 17 de marzo.


Siria afirmó que Estados Unidos no estaba calificado para etiquetarse a sí mismo como un país que defiende el estado de derecho, porque eludió sus obligaciones en virtud del derecho internacional y buscó excusas para su agresión militar y amenazas a la unidad e integridad territorial de otros países.


Estados Unidos debe dejar de provocar agresiones militares con el argumento de proteger su seguridad nacional, ocupar los territorios de otros países y saquear sus recursos naturales, además de patrocinar a terroristas y separatistas, dijo.


Siria hizo esta acusación porque es una de las víctimas de las prácticas de "derechos humanos al estilo estadounidense". A lo largo de los años, Estados Unidos se ha vuelto más conocido por violar los derechos humanos en otros países.


Para asegurar sus intereses económicos, políticos y de seguridad, Estados Unidos ha utilizado los derechos humanos como una herramienta estratégica y con frecuencia ha impuesto sanciones a otros países bajo la bandera de "los derechos humanos por encima de la soberanía". Bajo el disfraz de la protección de los derechos humanos, el país también ha abierto una brecha entre países, provocando problemas étnicos e incluso conflictos.


Este año marca el décimo aniversario del estallido de la guerra civil libia. Libia no logró la democracia, la prosperidad económica o la estabilidad social después de la guerra, y todavía está sufriendo sus terribles consecuencias. Más de 400.000 libios siguen desplazados en la actualidad. El ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, admitió que la intervención en Libia fue el "peor error" de su presidencia.


Este año también marca el décimo aniversario de la crisis siria, que ha asestado un duro golpe al desarrollo interno de Siria. Más de 350.000 personas han perdido la vida en la crisis. Hoy, la crisis siria aún no ha terminado, y los "derechos humanos al estilo estadounidense" han reducido a la antigua nación productora de petróleo en Oriente Medio a ser una fuente de refugiados.


Desde 2001, Estados Unidos ha lanzado guerras y operaciones militares ilegalmente contra Irak, Libia, Siria y Afganistán, creando "desastres de derechos humanos" y amenazando la paz y la estabilidad en el mundo. Estados Unidos se ha proclamado a sí mismo como un protector de los derechos humanos, pero ¿a quién y qué tipo de derechos están protegiendo?


El ejemplo de los derechos humanos, como a Estados Unidos le gusta etiquetarse a sí mismo, no ha escatimado esfuerzos para politizar las cuestiones de derechos humanos a lo largo de los años, lo que no solo va en contra de la intención original de proteger los derechos humanos, sino que también aviva el odio.


Es difícil olvidar que en 1999, bajo el lema de la "protección de los derechos humanos", la OTAN, encabezada por Estados Unidos, lanzó una campaña de bombardeos contra la República Federativa de Yugoslavia durante 78 días consecutivos. Es una inolvidable fuente de dolor y una imborrable deuda de sangre.


En 2001, la coalición liderada por Estados Unidos lanzó flagrantemente una guerra en Afganistán con el pretexto de "contraterrorismo", lo que hizo imposible lograr la paz en el país incluso hasta el día de hoy.


En 2003, Estados Unidos lanzó la guerra de Irak con el argumento de que Irak poseía "armas de destrucción masiva" y apoyaba secretamente a los terroristas, dejando al pueblo iraquí con una patria devastada por la guerra y una economía en decadencia.


Hasta ahora, Estados Unidos no ha proporcionado ninguna evidencia de la posesión de "armas de destrucción masiva" por parte de Irak, a excepción de un tubo de ensayo con un producto que podría haber sido jabón en polvo según el exsecretario de Estado estadounidense, Colin Powell. El ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, admitió en un tuit el año pasado que, aunque Irak no tenía armas de destrucción masiva, Powell aún llevó al país a una guerra.


De hecho, en los últimos años, muchas regiones de todo el mundo han visto estallidos sucesivos de manifestaciones antiamericanas, que son básicamente las malas consecuencias de las acciones perversas de Estados Unidos, mientras que el propio país ahora tiene que lidiar con crecientes amenazas a la seguridad.


Bajo el disfraz de la llamada "protección de los derechos humanos", Estados Unidos ha exportado la democracia a la fuerza, lo que ha provocado el declive de los medios de vida de las personas, la crisis social y las tragedias de los derechos humanos en otros países, sembrando semillas de odio en todo el mundo.


Mientras tanto, este tipo de odio echará raíces, brotará y se transmitirá de una generación a otra, poniendo peligros ocultos para la paz y la estabilidad en el mundo, así como para el desarrollo de la civilización humana.


Casi 100 países se opusieron a la politización de las cuestiones de derechos humanos y el doble rasero, y rechazaron la injerencia en los asuntos internos de otros países con el pretexto de los derechos humanos con fines políticos en la 46ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Está bastante claro qué está bien y qué está mal. Es hora de que Estados Unidos cambie sus viejos hábitos.

 

 

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En Álvaro Obregón hubo cursos para votar contra Morena, acusan vecinos


Date: dom, 13 de jun. de 2021 

En Álvaro Obregón hubo cursos para votar contra Morena, acusan vecinos


El ex procurador Ignacio Morales Lechuga aportó $3 millones a campaña de Lía Limón


Integrantes de organizaciones sociales como Ruta Cívica, Suma Urbana y la Voz de Polanco promovieron cursos de cómo votar para quitar poder a Morena en Álvaro Obregón en más de 25 colonias y así favorecer a la candidata de la alianza Va X. México, Lía Limón en la elección del pasado domingo, denunció Susana Kanahuati.


La activista y enlace de Vecinos Unidos señaló que, además, se impulsó una campaña sucia contra el candidato del Movimiento de Regeneración Nacional, Eduardo Santillán, mediante la distribución de volantes donde se le acusó de ser proxeneta.


En ellos se afirma que está relacionado con la trata de mujeres y a su suplente de estar detenido por golpear a su esposa; a lo que se sumó la pinta de bardas en las que se colocó su nombre con mensajes en los que se le señala como violador.


Los cursos para quitarles poder a los de Morena era para promover el voto útil, según ellos, a favor de la candidata de la alianza PRI-PAN-PRD, y para luego ocupar puestos en su administración; eso es actuar de mala fe, esta doble moral no se vale.


Consideró que pueden estar muy enojados con Morena, pero no pueden usar el enojo de la gente y colgarse de una tragedia como la de línea 12 del Metro para ganar votos a favor de alguien que pactó con el grupo de Lenin Canchola, que trabaja con la Unión Tepito".


La candidata contó con el apoyo económico del ex procurador Ignacio Morales Lechuga, quien le entregó 3 millones de pesos, de acuerdo con lo que me dijo gente cercana a él, aunque su gasto fue millonario y tocará a las autoridades electorales investigar.


Asimismo, notarios y desarrolladores inmobiliarios destinaron recursos para apoyarla con miras a arrancar las obras clausuradas, por las denuncias de vecinos, como la torre de Banca Mifel, lo cual no vamos a permitir.


Agregó que hay cinco centros comerciales que están a menos de 50 metros de distancia uno de otro en San Ángel, porque lo único que nos mueve es el bienestar de la gente, que se cumpla con la ley porque los programas parciales de desarrollo no son planes de negocio.


La alcaldía vivirá uno de los peores episodios de su historia con la nueva gobernante, dado los pactos con el cártel inmobiliario y el grupo delictivo de Lenin Canchola, pero tocará a los vecinos exigir en todo momento que se cumpla con la normatividad.


La representante aseguró que no se permitan desarrollos fuera de la ley, la invasión de áreas de conservación y que la inseguridad escale, por lo que estaremos muy pendientes, unidos y firmes para exigir a la jefa de Gobierno aplique la ley sin titubeos.



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México, el de más disparidad en el cobro de impuestos.


Date: dom, 13 de jun. de 2021

México, el de más disparidad en el cobro de impuestos.

(Como desde hace décadas).


Ciudad de México. Los ingresos por trabajo y demás gravámenes contenidos en el sistema de renta pagan 23 veces más que la propiedad en México, dan cuenta los comparativos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).


El país no sólo es el que menos recauda entre los países del organismo –incluidos Colombia y Costa Rica de reciente adhesión– también se ubica como el que mayores disparidades presenta en sus estructuras tributarias para gravar los ingresos, que buena parte provienen del trabajo, y la acumulación de capital, a través del patrimonio.


Hasta 2019, México recaudó lo equivalente a 16.5 por ciento del producto interno bruto (PIB). Es la proporción más baja entre las economías que se agrupan en la OCDE y está concentrada en el cobro del impuesto sobre la renta, del que salen 44 de cada 100 pesos en ingresos públicos, y en el impuesto al valor agregado, del que salen 36.4 más.


Lo cual es contrario a lo que pasa con la seguridad social, que representa 13.4 por ciento de la recaudación –según los datos más recientes obtenidos por el organismo–, con el impuesto a nóminas, que representa 2.5 por ciento, y los impuestos al patrimonio, que equivale a apenas 2 por ciento de la recaudación y representan 0.3 por ciento del PIB.


En el marco de un debate global que ha reparado en la necesidad de más ingresos públicos para sostener el gasto en el contexto de la recuperación tras la pandemia, así como el fortalecimiento de los sistemas de seguridad social, en México se ha referido una posible reforma fiscal para la segunda mitad de 2021.


A la fecha, el gobierno federal es responsable de cobrar tres cuartas partes de los ingresos públicos. Su recaudación se recarga en el 54.4% que proviene del impuesto sobre la renta y 44.1% del impuesto al valor agregado, que grave el consumo. El resto viene de otros impuestos.


Los gobiernos estatales obtienen seis de cada 10 pesos de su recaudación de los impuestos a la nómina, 18.7 por ciento de gravar la propiedad, 15.8% de bienes y servicios, y el resto proviene de otros tributos.


A nivel de municipios, 78.5% de la recaudación viene de impuestos a la propiedad, como el predial; 2.8 por ciento de bienes y servicios y 18.7% de otros impuestos.


En medio de un catálogo de decenas de impuestos que cobran diferentes economías de la OCDE, México recarga su recaudación en los ingresos de las personas, asociados al trabajo, y en el consumo. No se tienen impuestos a las ganancias de capital, a la riqueza, a las herencias, a las donaciones ni figuran tampoco gravámenes a bienes y servicios de lujo, como sí existe en otras economías.



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Asi es la red de “ONGs” que sirve de vestido a la oposición.


Date: dom, 13 de jun. de 2021 

Asi es la red de "ONGs" que sirve de vestido a la oposición.


Una red de organizaciones no gubernamentales tiene entre sus filas a empresarios, exfuncionarios y excolaboradores de gobiernos pasados, quienes respaldan desplegados de una u otra agrupación para oponerse a las políticas del actual Gobierno.


Ciudad de México, 12 de mayo (SinEmbargo).- Un grupo de empresarios, exfuncionarios y colaboradores de gobiernos pasados han conformado en los últimos años una red de organizaciones no gubernamentales a través de la cual suscriben desplegados que respaldan diversas causas y en la cual figuran los mismos nombres. 


Esta red busca exhibir las deficiencias de las políticas gubernamentales a la par que ha posicionado sus plataformas para incidir en la agenda pública. De esta manera, sus integrantes se agrupan en diferentes coyunturas para hacer frente a las políticas del Presidente Andrés Manuel López Obrador.


Es así que mediante sus posicionamientos se han opuesto a una serie de políticas del actual Gobierno como la construcción del Aeropuerto Internacional de Santa Lucia (#NomásDerroches), la creación de la Guardia Nacional (#NoALaGuardiaNacional), la conformación de la Fiscalía General de la República (FGR) (#UnaFiscaliaQueSirva), así como la defensa de organismos autónomos.


El caso más emblemático de estos personajes es el de Claudio X. González Guajardo —excolaborador del Gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León— quien ha fundado las organizaciones Mexicanos Primero, Bécalos, Únete, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y Sí por México. Esta última ha servido de base para apuntalar la coalición opositora entre los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) en torno a 11 de 15 gubernaturas y a 219 de los 300 distritos que estarán en juego en la elección del próximo 6 de junio.


González Guajardo es el principal artífice de este bloque opositor que busca impedir que Morena —partido en el poder fundado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador— obtenga una mayoría en el Congreso de la Unión así como un dominio en los gobiernos estatales, como han reconocido el expresidente patronal Gustavo de Hoyos y Santiago Creel, presidente de la Comisión Política Nacional del PAN, al periodista Álvaro Delgado, en entrevistas publicadas en SinEmbargo, en las cuales han dado cuenta tanto de su papel como el rol que ha tenido el multimillonario mexicano


Los resultados del proceso de este año son factores que pueden ser determinantes tanto para la revocación de mandato que estará en juego el próximo año como en los comicios presidenciales de 2024. En ese sentido, ha sido clave el papel que ha jugado Claudio X. González Guajardo como una de las cabezas opositoras al proyecto de Gobierno de López Obrador.


La imagen de "filántropo" de González Guajardo la ha ido formando desde sus pasos al frente de la Unión de Empresarios para la Tecnología en la Educación (Unete), organización que protagonizó una polémica cuando recibió una donación irregular de 44.7 millones de pesos de la Lotería Nacional. 


No obstante, su paso por la sociedad civil fue visible durante su presidencia en Mexicanos Primero, organización cuya meta de contribuir a la mejora educativa la llevó a intervenir en la política de esta materia como fue su rol en la Reforma Educativa de Enrique Peña Nieto, la cual fue señalada por distintas voces como una "reforma laboral" que puso en la mira al magisterio mediante una serie de despidos como parte de una evaluación a su labor promovida desde el Estado, la cual generó una serie de reclamos y protestas de los docentes.


Posteriormente tendría lugar la conformación de MCCI, la cual Claudio X.  González Guajardo fundó en 2016 y encabezó hasta julio de 2020, cuando asumió las riendas María Amparo Casar, quien fue coordinadora de asesores del panista Santiago Creel en la Secretaría de Gobernación, en el Gobierno de Vicente Fox. 


Durante la presidencia de González Guajardo al frente de esta organización se dieron a conocer casos de corrupción que sacudieron al entonces partido en el Gobierno, el PRI. Fue el caso de los vínculos de la administración de Peña Nieto con la trama de corrupción de Odebrecht y los desvíos de recursos en el Gobierno de Javier Duarte. Estas publicaciones llevaron al entonces Presidente Enrique Peña Nieto a reclamar al padre de González Guajardo, Claudio X. Gonzalez Laporte por el tono de lo publicado, según dio a conocer en agosto de 2017 The New York Times. 


De hecho, un año antes de esa publicación, en 2016, el Gobierno de Peña Nieto investigó a las empresas, organizaciones civiles, fundaciones y las personas relacionadas con Claudio X.  González Laporte (padre), Claudio X.  González Guajardo (hijo) y Claudio X.  González Caraza-Campos (nieto), a quienes revisaron sus movimientos financieros, bancarios y fiscales, según dio a conocer la revista Contralínea.


A la fecha, esta organización ha continuado con su brazo periodístico mientras que paralelamente su fundador mantiene una posición férrea con el Gobierno de López Obrador como fue su oposición al Aeropuerto Internacional de Santa Lucía, ante el cual el colectivo No Más Derroches (#NomásDerroches)—brazo legal de MCCI— promovió una serie de amparos estratégicos para frenar esta construcción que sustituyó el proyecto de la terminal aérea en Texcoco. Esta medida ha ocasionado una clara confrontación entre este empresario y el Presidente.


No obstante, la red de organizaciones de la sociedad civil de la que forma parte Claudio X.. González Guajardo es más amplia que las asociaciones que él ha fundado y agrupa a otros personajes como se puede observar en el siguiente mapa.


LA RED DE ORGANIZACIONES


De reciente formación, Signos Vitales ejemplifica los vínculos entre este grupo de empresarios, exfuncionarios y colaboradores de gobiernos pasados en torno a la sociedad civil. Esta organización es presidida por el académico y exrector de la Universidad de las Américas-Puebla (UDLAP) quien en 2019, luego de no conseguir la candidatura de Morena, contendió como abanderado del  PAN, Movimiento Ciudadano y PRD por la gubernatura de Puebla.


El también director general del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) de 2005 a 2017 fundó esta organización en 2020 con el objetivo —según se puede apreciar en su página web— de "servir como luz" y mostrar la dirección que México está tomando, a nivel nacional e internacional, además de ser "una voz de alerta en aquellos asuntos relevantes cuando la viabilidad del país, armonía social, prosperidad para todos, respeto a los derechos humanos, democracia y libertad pudieran correr peligro".


Su Comité Ejecutivo, que está encargado de establecer las políticas, supervisar las actividades, promover la difusión, buscar fondos para la operación, y vigilar el cumplimiento de la normatividad aplicable, está integrado por María Amparo Casar, presidenta de MCCI, así como por Julio Frenk, exsecretario de Salud del Gobierno de Vicente Fox; María Elena Morera, fundadora y presidente de Causa en Común, cuyo director general es José Antonio Polo Oteyza, coordinador de asesores de Genaro García Lunapreso actualmente por delincuencia organizada en EU—; Federico Reyes Heroles,  exmiembro de Transparencia Mexicana y de la iniciativa Impunidad CeroValeria Moy, directora del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y antes de México ¿cómo vamos?, que ahora dirige Sofía Ramírez Aguilar, directiva del Cisen de Calderón; Jorge Suárez Vélez, colaborador de Letras Libres, de Krauze, y Duncan Wood, director del Instituto México en el Wilson Center y consejero en el sector energético.


De los integrantes de este Comité Ejecutivo destacan María Amparo Casar, quien al igual que Claudio X.  González forma parte del comité directivo del IMCO, cuyo exdirector por alrededor de siete años fue Juan Pardinas, ahora director general editorial de Reforma, uno de los principales medios críticos del actual Gobierno de López Obrador.


Amparo Casar también es miembro del comité editorial de la revista Nexos, cuyo director es Héctor Aguilar Camín, quien junto a Enrique Krauze, director de Letras Libres —publicación que se asume como heredera de Vuelta,  revista fundada en diciembre de 1976 por el nobel Octavio Paz— fueron los ideólogos de construir un bloque de unidad conformado por los principales partidos de oposición: el PRI y el PAN


Al comité editorial de Nexos también pertenece el exconsjero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE, ahora INE), José Woldenberg, mentor del actual consejero presidente, Lorenzo Córdova Vianello. Ambos forman parte del Instituto de Estudios para la Transición Democrática.


Otra integrante del Comité Ejecutivo de Signos Vitales que también ha formado parte de otras organizaciones de la sociedad civil, es Maria Elena Morera, quien antes de fundar Causa en Común presidió la organización México Unido Contra la Delincuencia (MUD), organismo del cual actualmente es Secretario General Juan Francisco Torres Landa. Posteriormente, Morera —cercana a Genaro García Luna y contratista del Gobierno de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto—, fundaría Causa en Común.


Quien también forma parte de Signos Vitales, en este caso de su comité asesor de especialistas, es Luis Carlos Ugalde, exconsejero presidente del INE durante la elección de 2006, sobre la cual el ahora Presidente López Obrador siempre ha alegado que hubo un fraude para evitar que él llegara al poder. Ugalde es además director de Integralia, una consultora que —como señaló el periodista Álvaro Delgado en la primera parte de esta serie— abastece de información a Signos Vitales.


El comité asesor de especialistas de Signos Vitales también tiene entre sus filas a Alejandro Hope, un consultor en seguridad y socio del Grupo de Economistas y Asociados (GEA), el cual dirige y preside Jesús Reyes Heroles, quien fue director General de Petróleos Mexicanos (Pemex) de 2006 a 2009; miembro de diversos consejos de administración como Wal-Mart México y Banamex Citigroup de 2001 a 2006, y Embajador de México en los Estados Unidos de América de 1997 a 2000. 


En lo que respecta a Hope fue asesor en política de seguridad, transformación del sistema de justicia y temas en cultura de legalidad de Margarita Zavala, cuando contendió como candidata presidencial en 2018. También fue director de proyectos de seguridad en IMCO de 2011 a 2014, y ejerció diversos cargos directivos en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) entre 2008-2011.

 

 

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sábado, 12 de junio de 2021

Los saldoselectorales de la 4T: el crecimiento de la derecha (I)


Los saldos electorales de la 4T: el crecimiento de la derecha (I)

En los momentos electorales, lo que parece seguir dominando en el sentido común del grueso de las capas populares de la población es que los problemas de su día a día se resuelven no en el ámbito y por los poderes locales, sino en el ámbito federal y por el poder central del ejecutivo.

Ricardo Orozco

09/06/2021


Saber si Morena ganó o perdió en las primeras elecciones intermedias por las cuales ha atravesado siendo la fuerza parlamentaria mayoritaria en el Congreso federal y, al mismo tiempo, siendo el instituto político que llevó a la presidencia de la República a Andrés Manuel López Obrador, no es tan sencillo como simplemente recurrir a una contabilización de escaños, para el caso de las Cámaras, o enumerar qué tantas gubernaturas más salieron de las filas del partido, por poner apenas un par de ejemplos. Y es que, si bien es verdad que, en términos políticos, el número de cargos de representación popular es quizás el indicador más certero para mesurar la fortaleza o la debilidad de una opción partidista, lo que hace a ese tipo de criterios inadecuados para el problema actual de Morena es que de su lectura no se extraen las mismas consecuencias cuando se aplican a un partido ya consolidado y cuando, por el contrario, se le aplican a uno cuya posibilidad de constituirse en gobierno fue producto de una movilización de masas.

 

Es decir, saber qué tan fuerte o qué tan débil es hoy Morena o, en otras palabras, descifrar qué tanto ganó y qué tanto perdió en retrospectiva, es decir: en comparación o contraste con los resultados que obtuvo en las elecciones pasadas (las presidenciales del 2018) no es en definitiva una tarea sencilla. Por un lado, porque la participación de la ciudadanía en los sufragios no es la misma cuando los comicios son para renovar la presidencia del país que cuando lo que se juegan son, sobre todo, municipalidades (o alcaldías), la renovación de la Cámara de diputados, gubernaturas o legislaturas locales. Y, por el otro, porque lo que ocurrió en 2018 fue, en efecto, el arrastre de un fenómeno de masas. De ahí que, en estricto sentido, al contrastar a las elecciones del 2021 con las del 2018 lo que en verdad se está realizando es un esfuerzo por igualar un momento excepcional en la vida política de Morena con uno que, de alguna manera, bien podría afirmarse que es indicativo de su comportamiento normalizado: sin todas esas variables que en el 2018 lo sobredimensionaron y le dieron un peso que no tiene.

 

La cultura política del centralismo presidencialista

 

El primer punto (sobre la naturaleza de los comicios) es importante debido a que la cultura política nacional que al México contemporáneo le heredó el priísmo del siglo XX está fundamentada en la concepción de que es el centralismo presidencialista, en el nivel federal de gobierno, el ámbito que más importa al decidir los destinos de la nación y la resolución de los problemas que aquejan a la totalidad de la sociedad. Y es que, en efecto, a pesar de que el discurso dominante de las últimas décadas (sobre todo enarbolado por analistas y comentaristas de corte liberal) lleva años enarbolando las banderas de la descentralización y del localismo (la política estatal y municipal) como dos de los principales antídotos que promovió la sociedad civil, a finales del siglo XX, para vencer la enorme concentración de poderes que los presidentes priístas habían acumulado a lo largo del tiempo (sometiendo, de facto, a la política nacional a las necesidades de la escala federal de gobierno), la realidad es que, aunque algo de eso se ha logrado, en términos generales, todavía siguen siendo el presidente y el nivel federal de gobierno las dos instancias a las que se recurre en última instancia cuando las cosas salen bien o mal (sobre todo cuando salen mal).

 

Así, por ejemplo, partiendo de esa lógica, se llega a afirmar que el fracaso de la transición partidista del año 2000 (cuando Vicente Fox ocupó la presidencia de la república, cambiando de partido gobernante por primera vez en casi tres cuartos de siglo), se debe, precisamente, a la presidencia de Fox, aunque en aquellas elecciones comenzaron a avanzar transiciones partidistas en las escalas municipales y estatales. La guerra contra el narcotráfico, de Felipe Calderón sigue siendo responsabilidad exclusiva de él, aunque en los hechos las formas en que se experimentó esa guerra, a lo largo y ancho del territorio nacional, estuvieron condicionadas por los poderes políticos locales. Y la podredumbre y la descomposición en la que entró la vida política nacional, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, finalmente, también es, hasta para esos adalides de la descentralización y del actuar local, responsabilidad exclusiva de Peña Nieto y su gabinete.

 

¿Qué nos dicen estos diagnósticos que sexenio tras sexenio se dan y que, en los hechos, siempre apuestan porque el cambio de presidencia logre mejorar las cosas? En términos generales, lo que parecen estar indicando es que, aunque el discurso político dominante (tanto en el seno de la sociedad civil como en el de la clase política) lleva años centrándose en el problema de la desconcentración y el localismo ante el centralismo en el ámbito federal, en el fondo, lo que se sigue experimentando en la práctica política (más allá de los discursos) es una enorme confianza y predisposición a disputar las grandes problemáticas nacionales en la escala nacional y partiendo del entendido de que es el poder ejecutivo federal el que mayores atribuciones y mayor concentración de poderes y facultades tiene para solucionar las cosas. ¿No es, acaso, a la presidencia de la república a la que se recurre cuando la política municipal y estatal no dan respuestas a los problemas de la sociedad civil?

 

Quizá comprobar esta contradicción entre la percepción del ejercicio del poder político y su aceptación y reproducción práctica específica no sea tan sencillo si se parte del entendido de que la aceptación de esto último se da más bien como un sentido común manifiesto en el nivel de las masas sociales. Sin embargo, el que esto sea así tampoco quiere decir que nada haya cambiado en la historia del Estado mexicano desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. Y es que, en efecto, en comparación, el centralismo y el peso de la política nacional que se viven hoy, en México, es sin duda una experiencia de mucha menos concentración de poderes en el ámbito federal de lo que se vivió, por ejemplo, con presidencias como la de Lázaro Cárdenas, Gustavo Díaz Ordaz e, inclusive, con Miguel de la Madrid.

 

De ahí que, aunque en verdad a lo largo de las últimas décadas se ha avanzado en descentralizar poderes (por lo menos formalmente, a pesar de que muchas veces de facto se mantengan subordinados al presidencialismo) lo que realmente interesa aquí destacar es que, en los momentos electorales, lo que parece seguir dominando en el sentido común del grueso de las capas populares de la población es que los problemas de su día a día se resuelven no en el ámbito y por los poderes locales, sino, antes bien, en el ámbito federal y por el poder central del ejecutivo: el presidente y su gabinete. Si a esto se suma que en las elecciones del 2018 la persona que se postuló para ocupar la presidencia de la república fue un personaje con un enorme potencial carismático y una biografía que muy pocas personalidades de la política nacional pueden presumir, lo primero que se llega a comprender es que la ausencia de esa figura en los comicios de este 2021, el que no fuese un factor la necesidad de respaldar específicamente a ese personaje —y no tanto a la plataforma partidista de la cual salió— jugó, sin duda alguna, un rol importantísimo para decantar algunas posturas en favor o en contra del partido en las urnas.

 

El momento extraordinario: movimiento de masas, no partido

 

El segundo punto que dificulta la comparación de las presidenciales del 2018 y las intermedias del 2021 es que, en el 2018, Morena irrumpió en la política nacional, estatal y municipal como un movimiento de masas alrededor del cual se aglutinaron una diversidad y una multiplicidad de sectores y de clases sociales que no necesariamente militaban por convicción en las filas del partido, sino que, por lo contrario, ya sea que vieran a Morena como la opción por la que había que votar para hacer valer la utilidad del voto o, en su defecto, que utilizaran a dicho partido para castigar a sus institutos políticos tradicionales (PAN, PRI, PRD, MC, etc.), lo que es un hecho es que el comportamiento electoral de Morena en 2018 no puede ser calificado como su comportamiento normal, natural. Antes bien, lo que sucedió en aquella ocasión fue una cosa excepcional cuyos resultados muy previsiblemente no se repetirán (en gran medida debido a que nadie más llena el carisma que reviste a la figura de López Obrador).

 

Cobrar conciencia de este factor es importante porque es a través de él que se hace posible el contar con una lectura más acertada de los resultados obtenidos por el partido en este 2021. De nueva cuenta, quizás alcanzar a apreciar la trascendencia de este detalle no es del todo claro porque la cultura política que le heredó el priísmo a la ciudadanía, asimismo, se cimentaba en la capacidad que el Revolucionario Institucional tenía para movilizar corporativamente a enormes sectores de la población, sobre todo a través de sus tres centrales sindicales: la Confederación Nacional Campesina, la Confederación de Trabajadores de México y la Confederación Nacional de Organizaciones Populares. Y es que, en efecto, en sus años de gloria, el priísmo logró repetir movilizaciones de masas sexenio tras sexenio gracias a esa captura del electorado a través de su organización sindical.

 

En el caso de Morena, lo que queda claro es que repetir el arrastre de múltiples y diversos sectores de la sociedad en 2021 sería una proeza poco factible no únicamente porque en 2018 muchos de los votos que obtuvo el partido fueron a parar a sus casillas por una serie de motivos que poco tienen que ver con un sentimiento de identificación y una convicción de militancia, sino, asimismo, debido al desgaste natural que los partidos sufren una vez que de ellos emanan gobiernos y, sobre la marcha, el electorado no militante que les confió su sufragio valora si refrenda esa confianza o si la retira convencido de que nunca debió de darle la oportunidad de gobernar en primer lugar.

 

La precisión parece un absurdo (toda vez que es claro que el propósito de un partido político es lograr atraer hacia sí las preferencias electorales de aquellos sectores de la ciudadanía que no forman parte de su militancia). Y, sin embargo, reconocerla no es fútil, pues, aunque para el 2018 Morena ya contaba con su registro como partido político, en el día a día, en su funcionamiento, siempre se comportó como un movimiento de masas en el cual se procuró integrar a una diversidad de intereses, de estratos y de clases sociales con muy pocos puntos de contacto o agendas compartidas. Ahora bien, por qué, entonces, Morena logró aglutinar a intereses, clases y estratos sociales tan disímiles en un momento de crisis aguda de la política nacional, en 2018, eso, es un análisis que quizá en otro momento se deba de realizar, ya que excede los límites de este texto. Por ahora, lo apremiante es saber en qué cosas falló el partido que le hicieron perder electorado y qué aciertos tuvo.

 

La gran derrota: el fortalecimiento de la extrema derecha

 

Para no entrar en una discusión sobre pérdidas absolutas ante ganancias absolutas, quizá lo más importante que habría que señalar aquí es que lo perdido en determinados espacios se recuperó como ganancia en otros. Así, por ejemplo, aunque es indudable que los resultados de la Ciudad de México son los más desastrosos para el partido, también es verdad que en otras entidades de la república las ganancias fueron mayúsculas, y ello no única ni primordialmente por el número de gubernaturas con las que ahora cuenta el partido, sino, ante todo, debido, por un lado, a las capacidades de penetración del partido en geografías en las que hace tres años apenas y tenía presencia o no tenía presencia en absoluto; y, por el otro, gracias al proceso de decantado y de maduración (habría que decir: de definición y de estabilización) del electorado de Morena ahí en donde en 2018 irrumpió intempestivamente.

 

Una forma de apreciarlo es observando, sin ir más lejos, que tanto en las elecciones locales como en las federales, entidades que durante casi un siglo no habían sido gobernadas por otro partido que no fuese el PRI (como Campeche y Colima) o que en años recientes habían fluctuado entre el panismo, el priísmo y el perredismo (casos de Sinaloa, Zacatecas y Nayarit), ya fuese en solitario o a través de alianzas pragmáticas —desafiando toda coherencia de sus respectivas ideologías—, hoy se hallan asediadas por las preferencias de un electorado que se desplazó (en algunas ocasiones radicalmente) hacia la izquierda, concediéndole a Morena la oportunidad de constituirse como gobierno local en esas entidades. De ahí que, más allá de la obviedad de ese dato, que es evidente en sí mismo, lo que resulta realmente interesante de este caso es que, además de contar con presencia en entidades en donde hace tres años Morena no era una fuerza política sustancial, en casos como los de Baja California y Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Nayarit lo que se observa es un cierto grado de estabilización de las preferencias electorales de sus respectivas poblaciones por el partido, consolidándose y volviéndose, hasta cierto punto, mucho más militantes.

 

Algo similar ocurre en el sureste y suroeste del país, en donde en 2018 cultivó algunos de sus principales triunfos y ahora, tres años después, el electorado en esas entidades parece estarse consolidando en sus preferencias por el partido de López Obrador. Así lo demuestran, por ejemplo, los casos de Veracruz, algunas de las zonas costeras de Guerrero, Oaxaca y Chiapas; las regiones del centro y norte de Campeche y Tabasco, así como el Sur de Quintana Roo.

 

¿Cómo interpretar, pues, esa distribución territorial del voto obtenida por Morena en el lapso que va del 2018 al 2021? Tres son, quizá, los datos más relevantes. Primero, es fundamental el tener claro que, en las representaciones geográficas que se hacen de las votaciones en el país, los mapas que pintan a entidades enteras del color del partido que venció en las elecciones para gubernaturas o para representación en las Cámaras del Congreso reproducen el error de no mostrar la distribución espacial de las preferencias electorales en las unidades más pequeñas delimitadas por la normatividad electoral: los distritos. Y tomar conciencia de este dato es esencial precisamente porque esa distribución no es homogénea: por lo contrario, al captar las diferencias distritales y contrastarlas, por ejemplo, con la manera en que se distribuye la población en la totalidad de la entidad (entre zocas urbanas y zonas rurales; entre zonas de alta concentración de riqueza y las marginales; entre zonas de alta densidad poblacional y las de menor población) lo primero que se observa es que, aunque Morena ganó gubernaturas y diputaciones federales en entidades como Michoacán, Guerrero, Baja California y Campeche, fueron zonas muy específicas las que le zanjaron esas victorias al partido.

 

Así pues, es ahí, en el análisis de los distritos ganados en donde se hace posible apreciar que, de nueva cuenta, entidades que tradicionalmente se han caracterizado por concentrar altos grados de riqueza ahora serán gobernadas por Morena debido, de entrada, a que fueron las poblaciones más marginadas las que se movilizaron para apoyar con sus sufragios al partido; y, en seguida, a que distritos en donde es predominante la presencia de las clases medias y estratos sociales en mejores condiciones que los deciles más explotados también se plegaron alrededor de la agenda propuesta del partido. Diríase, por lo tanto, que en esos casos particulares el voto duro de Morena estuvo marcado por la participación de las clases más explotadas y empobrecidas, y el resto de los apoyos se debió a una suerte de concertación con poblaciones que habitan distritos de mayores ingresos. Eso es lo que explica, en parte, que en las entidades del Norte el voto fuerte de morena se diera en las franjas citadinas más próximas a la frontera (en donde predominan niveles brutales de desigualdad urbana debido a la naturaleza del mercado laboral de maquilas); mientras que, en las zonas más céntricas, en esas mismas entidades fronterizas, las preferencias electorales por el partido fuesen menos marcadas. Baja California, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas así lo demuestran.

 

El segundo dato revelador que se obtiene del análisis de la distribución territorial del voto captado por el partido del presidente tiene que ver con el comportamiento y los resultados obtenidos en la franja del sureste del país, precisamente por aquellos territorios a través de los cuales operará el Tren Maya. Y es que, a juzgar por la presencia que el tema tuvo en medios durante un tiempo importante, a lo largo de estos tres años de gobierno de la 4T, quizás uno de los resultados que más se esperaba conseguir en esas regiones, dada la oposición que se ha mostrado al despliegue de dicho proyecto de infraestructura, era que los Estados peninsulares y del corredor central hacia el sur del país castigaran a Morena y a López Obrador en las urnas. Y sin embargo no fue así. Por lo contrario, en el nivel distrital, lo que se comprueba es que hubo una mayor presencia en zonas en las cuales no era una fuerza fundamental y, ahí en donde ya se encontraba pujante, se fortaleció. Algunas partes de Chiapas y del oriente de Campeche siguen siendo excepción, pero, en general, el desempeño en esas entidades fue mejor que hace tres años.

 

Finalmente, el tercer rasgo interesante que arrojan estas observaciones es que la fuerza política que se ha visto más golpeada por el avance de Morena y, hasta cierta punto, sustituida por éste, es el priísmo, lo cual, no sobra señalarlo, supone el que podría ser uno de los mayores retos que tendrá que enfrentar la 4T en los siguientes años (si es que busca consolidarse como una apuesta transexenal): el fortalecimiento del panismo, por sí mismo, pero también a causa del desplazamiento del priísmo hacia posturas más de derecha en aquellas agendas en las que aún defendía posiciones más de centro.

 

¿En dónde es posible observar estos reacomodos? Esa sustitución del priísmo por parte de Morena es, sobre todo, más visible en las entidades del norte del país: desde Jalisco, Zacatecas y San Luis Potosí hacia la frontera con Estados Unidos; y en el sur, desde Tabasco hasta Quintana Roo. El fortalecimiento del panismo, por otro lado, es a todas luces comprobable en las entidades del bajío, como Guanajuato y Querétaro, el sur de San Luis Potosí, el sur y oriente de Jalisco y el sur de Tamaulipas. Regiones en las que no muy sorpresivamente la penetración de Morena es ínfima. Habría que decir, además, que, si en alguna parte de la geografía nacional el panismo logró cultivar victorias electorales que, sin duda, le serán costosísimas a Morena, esa zona es el occidente de la Ciudad de México, en donde a pesar de no haber ido en solitario en el grueso de las alcaldías por las cuales compitió, el perfil dominante en cada una de esas contiendas fue a todas luces el del panismo. El occidente del Estado de México, dicho sea de paso, se volcó hacia el panismo, mientras que el oriente lo hizo hacia el morenismo.

 

De nueva cuenta, lo que mejor retratan esas geografías es que las zonas con mayores índices de desigualdad y de pobreza (en el entendido de que no son fenómenos análogos) son las que mayores resultados dieron al partido del presidente, mientras que aquellas con mayores ingresos optaron por desplazarse en el espectro ideológico hasta apuntalar algunas de las agendas más abiertamente conservadoras y neoliberales del panismo: el PRD simplemente desapareció del mapa político mexicano, pero no porque no ganara nada en absoluto (sus coaliciones ya tradicionales con el PAN y con el PRI, en duetos, o la más reciente triada de panismo, priísmo y perredismo unidos en Va por México le permitieron sobrevivir para mantenerse como un partido rémora en la Cámara de diputados y cogobernar en donde quiera que haya ido en coalición). Si esta fuerza política desapareció fue porque los perfiles ganadores en las contiendas, aunque fuesen representativos de una coalición, en el fondo, las agendas que más movilizaron fueron, precisamente las del panismo.

 

Ahora bien, que Acción Nacional terminara dominando los perfiles, el discurso y la agenda de la coalición Va por México en diversos distritos es preocupante, y podría convertirse en la mayor amenaza de Morena para los siguientes años, porque es en el crecimiento del panismo en donde se verifica de manera más palpable el desplazamiento hacia posturas más de derecha (más racistas, más sexistas y, sobre todo, más clasistas) de enormes proporciones de la ciudadanía, y en particular de algunas capas de las clases medias. Y aunque esto ya es alarmante por sí mismo, lo que resulta fundamental comprender es que, de radicalizarse esa tendencia, uno de los posibles caminos que podría seguir la política mexicana en los años por venir es que sean esos estratos los que comiencen a movilizarse cada vez con más ahínco en el espacio público para reclamar la instauración de gobiernos cada vez más autoritarios y conservadores: gobiernos fuertes (según un viejo eufemismo) que logren poner en orden a las masas trabajadoras en las cuales observan un peligro a su propia condición de clase.

 

Argentina, con Macri; Brasil, con Bolsonaro; Ecuador, con Lasso; Bolivia, con Añéz; Perú, con Fujimori; Colombia, con Duque; Chile, con Piñera y Uruguay, con Lacalle Pou son apenas un par de ejemplos de las múltiples formas que los reacomodos de la derecha y la extrema derecha son capaces propiciar (personificada y movilizada, en especial, a través de las clases medias y pequeñas burguesías) cuando más se sienten acorraladas en un supuesto peligro (atizado por la izquierda) de reducirlas a la condición de empobrecimiento en la cual se mantienen los sectores más explotados y pauperizados de la población. Desde guerras jurídicas (lawfare) y golpes de Estado hasta intervenciones armadas directas, por parte de los cuerpos castrenses del Estado, pasando por agendas de endeudamiento criminales y por reversión de las políticas sociales llevadas a cabo por la izquierda, en cada caso y en cada experiencia vivida por las naciones americanas en los últimos años lo que se repite es esa constante de radicalizar la ofensiva en contra de lo popular-nacional: en contra de los servicios públicos, de la rectoría del Estado en la economía, de la soberanía energética, de la política salarial digna y de las decisiones que tienen por objeto mejorar las condiciones de vida de todas aquellas personas que para el neoliberalismo no fueron más que despojos humanos, útiles en tanto que fuerza de trabajo, pero nada más.

 

Las derechas americanas y, junto con ellas, la mexicana, pueden llegar a ser profundamente nacionalistas. Y, sin embargo, a pesar de compartir ese rasgo, algo que históricamente han dejado en claro (sobre todo las derechas neoliberales como lo es el panismo) es que se saben articular regionalmente para fortalecer sus propias posiciones de poder en los Estados en los que son la fuerza política dominante o la gobernante. La profunda y sistemática polarización que causa el discurso de López Obrador, por eso, aquí, podría encontrase con la que sería su más grande contradicción y su mayor aberración: la de alimentar, desde sus entrañas mismas, la radicalización de esas capas hasta el punto en que lograr cualquier tipo de alianza o concertación entre clases con intereses divergentes se vuelva imposible.

 

Pero además, por si ello no fuese poca cosa, al haberse debilitado la presencia de Morena en la Cámara de diputados (dependiendo cada vez más de aberraciones como el PVEM), el otro riesgo que se corre es el de un mayor acercamiento entre los intereses empresariales afectados (u ofendidos) por las políticas que el gobierno federal ha promovido en los últimos tres años, por un lado; y esos estratos de la clase media que no duraron en hacer de su clasismo su principal ariete para hostilizar a las capas populares de la sociedad, por el otro. Después de todo, si hasta la fecha esa alianza no ha encontrado alicientes suficientes como para consolidarse (a pesar de todos los esfuerzos puestos en marcha por el gran empresariado y sus asociaciones civiles) eso se ha debido más a las indefiniciones y las indecisiones políticas de las clases medias que a las tentativas de ese empresariado de organizarlas (como en el caso de FRENA). Un cambio de percepción acerca de las fortalezas de López Obrador y del partido, operando de manera sincronizada en la conciencia del empresariado y de las clases medias que en estos tres años se han desplazado más hacia los extremos de la derecha en el espectro ideológico podría muy bien cambiar esa correlación de fuerzas.

 

De ahí, entonces, que sea necesario, asimismo, analizar las causales que llevaron a ese desplazamiento a una parte de las clases medias, pero también que sea importante comprender que éste no fue el único grupo poblacional que adoptó posiciones ideológicas más conservadoras respecto de las que se apreciaron en 2018. Algunas de las más apremiantes entre ellas son: a) la fortaleza del bloque constituido por el priísmo, el panismo y el perredismo; b) el abandono, por parte de Morena, del enorme trabajo de base que realizó en las campañas presidenciales de hace tres años; c) los efectos que tuvieron en el debilitamiento de Morena los perfiles presentados por su dirigencia y la acrítica aceptación, al interior del partido, de ese mantra que alguna vez expresó López Obrador, acerca de la derrota moral y política de la derecha; d) los errores cometidos por los gobiernos emanados del partido en materia de violencias de género y la indolencia que en distintas ocasiones mostraron a las mujeres movilizadas en el país; e) el impacto que tuvo el sectarismo desplegado por el Instituto Nacional Electoral y, f) la profundidad o la superficialidad de los cambios impulsado por los gobiernos de Morena tendientes a mejorar las condiciones de vida de las capas populares de la sociedad.

 

Todo ello es materia de una siguiente entrega.

 

- Ricardo Orozco, internacionalista por la Universidad Nacional Autónoma de México, @r_zco

razonypolitica.org

 

*Un análisis más detallado sobre la geografía electoral de México es el realizado por el Dr. Willibald Sonnleitner, investigador de El Colegio de México. https://aristeguinoticias.com/0806/mexico/analisis-de-la-geografia-electoral-no-hay-uno-ni-dos-mexico-sino-una-gran-diversidad/

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/212589