Consuelo de tontos (XP)

Consuelo de tontos
El Norte, 30 de Octubre de 2009
ximena peredo

La cajera hace titilar el foco blanco para llamar la atención del gerente, quien solícito aparece para cancelar algunos productos que la mamá selecciona con la mandíbula apretada. El cereal, las salchichas y el Fabuloso se quedan. Inténtelo de nuevo. Quisiera desaparecer de la escena, pero es imposible, estoy atrapada entre dos carritos. La cajera desliza de nuevo la tarjeta. La cruel respuesta no se hace esperar. ¿No tiene otra forma de pago, señora? Para restarle un poco de peso a aquel despiadado momento, quise decir “a todos nos ha pasado”, pero ese hubiera sido el típico consuelo de los tontos.

¿Dónde está el dinero que faltó para completar esta despensa? ¿Quién lo tiene sujetado en otras manos? Los dueños del supermercado en donde estábamos tal vez tengan algo que confesarle a la clienta sin fondos.

Según un informe que envió el Servicio de Administración Tributaria (SAT) a la Cámara de Diputados, 400 empresas de las más fuertes, entre las que están los supermercados, las cementeras, las cerveceras y mineras, sólo pagaron 1.7 por ciento del ISR en el 2008, mientras que sus ganancias ascendieron a casi 5 billones de pesos. Calderón les ha pedido que paguen. No sabía que el Ejecutivo era el poder que hacía las peticiones.

Pero, ¿dónde más se ha atorado el dinero? Porque nos falta muchísimo más de lo que no pagan los empresarios. ¡Los políticos, por supuesto! Desde el sofisticado Carlos Salinas con el hiriente título de “Mr. Socialité” otorgado por la revisa Quién, hasta los burdos modales de Adalberto Madero encontrado culpable de los delitos de corrupción, cohecho, abandono de funciones y daños patrimoniales por cerca de mil 300 millones de pesos en el juicio ciudadano ejecutado esta semana. ¿Qué haríamos con todo el dinero que nos sobraría si los políticos dejaran de robarnos?

Como parte de las festividades del Bicentenario, los diputados federales han decidido montar un performance que nos haga sentir como hace 100 y 200 años. Teniendo el tiempo tan encima -es parte del folclor- han decidido irse por la vía más corta: elevar a 16 por ciento el IVA. Castigar al común, pedirle más sacrificios, exprimirle la última gota de sudor “por el bien del País” es armar al pueblo con indignación y rabia.

¿Por qué hincarle el diente a quién menos carnita tiene? Si lo que se quiere es recaudar dinero, hay otras formas más justas de hacerlo, por ejemplo, reducir a los partidos políticos el tajo del pastel que se llevan sin estar siquiera obligados a rendir cuentas por ello. Este año, los partidos se entregarán a sí mismos 3 mil millones de pesos.

Pero para darle mayor realismo al ejercicio de “recordar es vivir”, Calderón encomendó a Elba Esther Gordillo como cacique de los maestros: la idea es volver a México analfabeta, como en aquellos años. Y ahí la llevamos: el 50 por ciento de los jóvenes mexicanos entre 15 y 18 años ya no asiste a la escuela. Uno de cada 10 termina una carrera. El Dr. José Narro advierte que en los últimos dos años, 5 millones de personas han pasado a la categoría de pobres, ganando en promedio ¡915 pesos al mes!

“¡Ya bájenle! Menos dinero a partidos” es una campaña ciudadana impulsada por Alianza Cívica y la Asamblea Nacional Ciudadana (ANCA) que exige a los legisladores que reduzcan drásticamente el dinero que otorgan a sus partidos. Para participar sólo hay que ingresar a la página www.yabajenle.org y suscribir la carta que se está enviando a los legisladores.

Para los escépticos de estos esfuerzos ciudadanos una flor: la protesta virtual denominada “Internet necesario” lanzada desde el Twitter, consiguió en menos de cinco días que los líderes de las bancadas del PRI y del PRD en el Senado echaran abajo la propuesta de gravar el internet, que recordaba al inverosímil impuesto que Santa Anna impuso a la tenencia de ventanas.

No esperemos a que todos nos volvamos pobres para consolarnos unos a otros como tontos. Empresarios: ya paguen. Partidos políticos: ya bájenle.

Adendo: A los sobrevivientes de Maderito, Chefo y Nicho: ¡Felicidades! Nada puede ser peor.


ximena peredo