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24 de Abril de 2010
CIUDAD DEL VATICANO (AP) - El vocero del Vaticano, sacerdote Federico Lombardi, afirmó el sábado que la Iglesia católica es capaz de restañar las heridas causadas por el escándalo de abusos sexuales por parte de religiosos, pero que ha llegado la hora de "la verdad, la transparencia y la credibilidad".
El Vaticano se está movilizando para desprenderse de los obispos empañados por el escándalo, ya sea los directamente responsables de abuso de menores o de quienes buscaron encubrir a los sacerdotes abusivos.
Lombardi, director de la oficina de prensa de la Santa Sede, dijo que una reciente reunión en Malta entre el papa Benedicto XVI y víctimas de abusos dio a éstos nuevas esperanzas. Agregó que la reunión se efectuó en el contexto de una Iglesia viviente y dinámica "capaz de reconocer sus heridas con sinceridad pero también de obtener la gracia de la sanación".
"Necesitamos este mensaje", dijo Lombardi a la Radio Vaticana.
Varios obispos renunciaron recientemente en medio del escándalo, un hecho que parece ser parte de la nueva estrategia del Vaticano.
En los últimos días, el pontífice aceptó la renuncia de un obispo irlandés que admitió no haber denunciado abusos a la policía, mientras que también renunció el decano de los obispos belgas, después de manifestar su pesar por haber abusado sexualmente de un niño cuando era sacerdote y después de ordenarse obispo en 1984.
Otros dos obispos irlandeses ofrecieron renunciar y se cree que el Papa accederá. También hay pedidos de que renuncie el máximo dignatario de la Iglesia irlandesa, cardenal Sean Brady, debido a la forma en que manejó el caso de un violador de menores.
"La situación por la que atravesamos es extremadamente exigente y requiere que seamos absolutamente francos y fidedignos", afirmó Lombardi.
El portavoz vaticano, que habló en una reunión organizada por la Conferencia de Obispos Italianos, también reclamó "rigor y el rechazo de toda hipocresía", según versiones de la prensa.
Cientos de personas han reportado casos de abusos atribuidos a sacerdote en escuelas, orfanatos y otras instituciones administradas por la Iglesia. Las víctimas dicen que los obispos y otros dignatarios encubrieron los delitos, prefiriendo proteger a la Iglesia que a los niños.
El escándalo se ha extendido por toda Europa, incluso la Alemania natal del pontífice.
Esta semana el Vaticano dijo que haría todo lo posible por llevar ante la justicia a los sacerdotes abusivos y poner en práctica "medidas efectivas" para proteger a los niños.
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