15 de octubre de 2015
Eric Toussaint
El FMI y el Banco Mundial deberían rendir cuentas ante las justicias de los países donde han actuado
El prestigioso politólogo estuvo recientemente en Lima, donde participó en una conferencia en la que analizó el papel que ha jugado el organismo financiero internacional en América Latina.
ALBERTO ÑIQUEN GUERRA . Público.
LIMA.— Eric Toussaint, doctor en ciencias políticas, portavoz del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM), miembro del consejo científico de ATTAC Francia y coordinador científico del comité de la auditoría ciudana griega, fue uno de los primeros activistas en llegar a Lima (Perú) para participar en Desmintiendo el milagro peruano, evento organizado por la Plataforma Alternativa y que se celebró en paralelo y de forma simultánea a la Junta de Gobernadores del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), que también tuvo lugar en la capital peruana.
Toussaint recibe a Público en el lobby del Hotel Bolívar, emblemático edificio republicano fundado en 1924 en el Centro Histórico de Lima, frente a la Plaza San Martín. Desde que se supo que participaría en el evento, los principales activistas de la sociedad civil peruana se hicieron eco de sus puntos de vista y había mucha expectativa por escucharlo. Como era de esperar, no defraudó.
Los ciudadanos peruanos, y algunos latinoamericanos que se dieron cita al hotel, querían oír a alguien con autoridad y experiencia que no diera un discurso tradicional, que hablara francamente sobre el modelo económico latinoamericano y que mostrara la cara que no muestran los medios del FMI y del BM.
El modelo peruano es extractivista, solo beneficia a los más poderosos; creo que los peruanos deberían estar alertas. Aún hay pobreza, mucha desigualdad. En los otros países de América Latina el panorama no es distinto. ¿Hay distribución de la riqueza? Este modelo no piensa en los derechos de las personas", me dice.
El FMI dijo en Lima que ha evolucionado y que su relación con la región ahora es muy buena. "El FMI no ha cambiado, sigue siendo el mismo. Ha perdido influencia en América Latina a partir del 2003-2004, cuando los precios de materia primas exportadas permitieron a los países de la región contar con suficientes ingresos fiscales para pagar, reembolsar, de manera anticipada a la entidad y no continuar bajo su tutela", enfatiza Toussaint, uno de los más reconocidos teóricos del eco-socialismo, quien indica que la Junta de Gobernadores del BM y del FMI se llevó a cabo en Lima porque Perú es un aliado de Washington.
La Asamblea anual conjunta del BM y el FMI. "ha tenido dos significados esta vez: una, mostrar que el modelo neoliberal extractivista sigue vigente. Y la otra, que el FMI y el BM consideran que la crisis que va a producir la caída de los precios de las materias primas para los países exportadores es una posibilidad para volver a ganar más presencia e influencia, y preparan el terreno de su regreso a América Latina con mayor fuerza. Los latinoamericanos no se deben olvidar de los setenta, los ochenta y los noventa", advierte.
Toussaint, que ha estado en Grecia analizando en primera persona la deuda pública de ese país, no tiene dudas en sus afirmaciones. Es más, aunque con nuevas formas, lo aplicado con los helenos le recuerda el pasado latinoamericano. "Con la crisis económica de Grecia del 2010, el FMI encontró la posibilidad de regresar con fuerza al corazón de Europa occidental, en la zona euro, sobre todo en países que se pensaban inmunes a la entidad. Así, junto con la Comisión Europea y el Banco Central Europeo, ha impuesto un ajuste estructural a Grecia, Irlanda, Portugal y Chipre tal como lo hizo antes en América Latina y Europa oriental. El FMI tiene futuro en Europa, aunque nefasto para algunos pueblos. Para el FMI, España e Italia son objetivos, de hecho quisiera ser socio en el diseño de las políticas implementadas en estos países".
"Lo que debería hacer el FMI –en su opinión– es luchar contra la especulación, controlar los movimientos de capitales, actuar para prohibir los paraísos fiscales y el fraude fiscal. La deuda pública externa de los países en desarrollo se ha convirtió en un instrumento de dominación de los acreedores, -BM y FMI, principalmente-, sobre los deudores mediante la gestión de la deuda externa pública de esos países y la influencia en el diseño de las políticas de sus respectivos gobiernos".
En cuanto al Banco Mundial, reiteró que su política productivista es desastrosa para los pueblos y nefasta para la naturaleza. "El Banco Mundial financia proyectos que violan flagrantemente los derechos humanos", sentencia.
Para Toussaint "Los gobiernos del norte exigen a los países deudores la aplicación de tal o cual política a través de unas recetas económicas que van en un mismo sentido: abrir más las economías del sur a las inversiones del norte y las exportaciones y reducir el peso de los poderes públicos del Estado en la economía de esos países". Y sentencia: "Estas dos instituciones deberían rendir cuentas ante las justicias de los países donde han actuado".
Eric, de nacionalidad belga, ha visitado el Centro Histórico de Lima, ha presenciado bailes y cantos en las calles, discursos y teatro en la Plaza San Martín, dedicada al argentino libertador del Perú. Me cuenta que ha preferido estar en un hotel del centro, cerca de lo que él considera la realidad peruana, y no uno en un elegante distrito de la Lima que no representa a la mayoría de peruanos. Nos volvemos a sentar, esta vez en otro ambiente, en el bar, al lado de un coche de caballos de principios del siglo XX.
Le pregunto si el crecimiento económico efectivamente origina el desarrollo de las sociedades, sobre todo como las latinoamericanas. "Es falso, dice sin dudar. Puede haber éxito económico en términos de crecimiento, pero a la vez hay un incremento de la pobreza y de la desigualdad, en Perú, en España o en China. Puede haber un cierto aumento del consumo, pero a la vez puede desembocar en deuda y degradar la condición del ciudadano".
Para él, el crecimiento del PBI no es un criterio para juzgar sobre la satisfacción de los derechos humanos y el desarrollo humano en un país. Apuesta por el grado de satisfacción de los derechos fundamentales: económicos, sociales, culturales, civiles y políticos. "Los países que siguen el modelo occidental o el modelo capitalista de desarrollo sufren un aumento importante de las desigualdades ligado al crecimiento económico", sentencia.
Acabamos el paseo y el intelectual comprometido se pregunta en voz alta: ¿Qué hacer, entonces, si los gobiernos se dejan llevar por las políticas 'sugeridas' por el Fondo? Y me mira a la cara y se responde con lucidez: "La sociedad civil debe deslegitimizar la política económica del FMI, mostrar a la opinión pública su papel despótico y funesto, y mediante la movilización exigir y lograr que los gobiernos rompan sus relaciones de dependencia".
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