"Siento mucho gozo": sacerdote tzotzil que comerá con el Papa
dom, 14 feb 2016
San Cristóbal de Las Casas, Chis. Un sacerdote tzotzil de 52 años, que de niño vio sufrir a su pueblo por la falta de sacerdotes, figura entre los ocho indígenas elegidos para comer mañana con el papa Francisco en San Cristóbal de Las Casas.
"Fue en mi comunidad. Estaba la gente esperando hacer la primera comunión de varias personas, el sacramento del matrimonio y bautizos. Por fin, no llega el párroco porque iba a llover. Y no llovió", contó Sebastián López López, de 52 años.
"Yo tenía como 12 años y pensé: '¿Yo qué voy a hacer?'. Ahí nació mi vocación para ir al seminario".
López fue ordenado hace diez años y está al frente de la parroquia de San Pablo Chalchihuitán, una comunidad muy pobre de las montañas de Chiapas, cerca de San Cristóbal de Las Casas.
"Es un lugar selvático, mucha pobreza material, espiritual. No hay muchos creyentes", relató. Chiapas es el estado menos católico de México, con un 58 por ciento de la población total frente al 83 por ciento del promedio nacional.
"Soy indígena tzotzil, 100 por ciento", dijo López. "Me están apoyando para estar en una parroquia muy sencilla, pero me siento muy contento: como con ellos, vivo con ellos y le agradezco mucho a Dios, porque es mi gente".
En su vista a Chiapas, Francisco comerá en privado con un grupo de indígenas vinculados a la Iglesia, entre ellos un diácono permanente y su esposa, un seminarista y catequistas indígenas.
La participación de los indígenas en la catequización y la liturgia es fundamental en Chiapas para el catolicismo.
Sin embargo, hubo momentos de incomprensión y desconfianza del propio Vaticano con la pastoral indígena que desarrolló durante 40 años el obispo Samuel Ruiz en la región, entre 1959 y 1999.
Francisco, que visitará la tumba de Ruiz en la Catedral de San Cristóbal, volvió a dar luz verde, después de un largo paréntesis, a las ordenaciones de diáconos permanentes indígenas casados que frenaron Juan Pablo II y Benedicto XVI.
"Agradezco mucho a Dios, a mis obispos, don Felipe y don Enrique, por estar más cercano con el papa. Cuando me avisó don Felipe me llené de gozo, de alegría", dijo López.
San Cristóbal es una diócesis de 74 mil kilómetros cuadrados con un 75 por ciento de población indígena y más de 600 comunidades muy alejadas una de la otra y en zonas de difícil acceso.
De los 102 sacerdotes de la diócesis, 42 son indígenas. No hay suficientes para todos los pueblos.
En la comida López espera poder conversar con el papa argentino de "la vivencia de los indígenas, sus sufrimientos, sus alegrías, de que hay muchas pobreza, hay incomprensión de la palabra de Dios. Poco a poco estamos trabajando".
"Hay mucha esperanza en el papa Francisco", afirmó. "Le pediría una oración por las vocaciones sacerdotales".
"Fue en mi comunidad. Estaba la gente esperando hacer la primera comunión de varias personas, el sacramento del matrimonio y bautizos. Por fin, no llega el párroco porque iba a llover. Y no llovió", contó Sebastián López López, de 52 años.
"Yo tenía como 12 años y pensé: '¿Yo qué voy a hacer?'. Ahí nació mi vocación para ir al seminario".
López fue ordenado hace diez años y está al frente de la parroquia de San Pablo Chalchihuitán, una comunidad muy pobre de las montañas de Chiapas, cerca de San Cristóbal de Las Casas.
"Es un lugar selvático, mucha pobreza material, espiritual. No hay muchos creyentes", relató. Chiapas es el estado menos católico de México, con un 58 por ciento de la población total frente al 83 por ciento del promedio nacional.
"Soy indígena tzotzil, 100 por ciento", dijo López. "Me están apoyando para estar en una parroquia muy sencilla, pero me siento muy contento: como con ellos, vivo con ellos y le agradezco mucho a Dios, porque es mi gente".
En su vista a Chiapas, Francisco comerá en privado con un grupo de indígenas vinculados a la Iglesia, entre ellos un diácono permanente y su esposa, un seminarista y catequistas indígenas.
La participación de los indígenas en la catequización y la liturgia es fundamental en Chiapas para el catolicismo.
Sin embargo, hubo momentos de incomprensión y desconfianza del propio Vaticano con la pastoral indígena que desarrolló durante 40 años el obispo Samuel Ruiz en la región, entre 1959 y 1999.
Francisco, que visitará la tumba de Ruiz en la Catedral de San Cristóbal, volvió a dar luz verde, después de un largo paréntesis, a las ordenaciones de diáconos permanentes indígenas casados que frenaron Juan Pablo II y Benedicto XVI.
"Agradezco mucho a Dios, a mis obispos, don Felipe y don Enrique, por estar más cercano con el papa. Cuando me avisó don Felipe me llené de gozo, de alegría", dijo López.
San Cristóbal es una diócesis de 74 mil kilómetros cuadrados con un 75 por ciento de población indígena y más de 600 comunidades muy alejadas una de la otra y en zonas de difícil acceso.
De los 102 sacerdotes de la diócesis, 42 son indígenas. No hay suficientes para todos los pueblos.
En la comida López espera poder conversar con el papa argentino de "la vivencia de los indígenas, sus sufrimientos, sus alegrías, de que hay muchas pobreza, hay incomprensión de la palabra de Dios. Poco a poco estamos trabajando".
"Hay mucha esperanza en el papa Francisco", afirmó. "Le pediría una oración por las vocaciones sacerdotales".
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