"Es una noche brutal", dijo Jagger a seguidores
lun, 14 mar 2016 22:34
lun, 14 mar 2016 22:34
Ciudad de México. Con puntualidad inglesa Los Rolling Stones desembarcaron con su Olé Tour en la Ciudad de México con Start me up. Mick saluda: "Buenas noches". La gritería se torna impresionante, los 60 mil asistentes gritan hasta desgañitarse.
Ver galería fotográfica
Keith Richards, Ronni Wood, Mick Jagger y Charlie Watts se colaron inmediatamente en el nervio óptico y llegaron al torrente sanguíneo que irrigó todos los órganos con el cabrón placer que produce atestiguar el momento de 10 años/plomo de espera.
Le siguió el emblemático It's only rock 'n roll (but l like it). El nuevo atisbo de Mick: "Hola güey". El cuarteto inglés se ve feliz pero palidece ante el fervor que les profesa el público.
Con Tumbling dice, Mick comienza a patearse el escenario de derecha a izquierda. De nueva cuenta Mick dice: "Hace 10 años que no veníamos a México, un chingo de años. Antes tomábamos tequila ahora tomamos mezcal", con lo cual puso loquito/loquito/loquito al público. Inmediatamente Sus Satánicas Majestades sueltan lOut of control, con acompañamiento de Mick en la armónica.
Street fighting man, la rola que los mexicanos eligieron para que Los Stones la tocaron sonó macizo, aunque fue poca coreadas, eso sí los gritos de "esos güeyes son mis novios" y "los amo" se escurrieron por el inmueble.
El delirio continuó con Wild horses, algunos sacaron sus teléfonos celulares y marcaron: "Escucha esta rola".
Con Paint in black se vivió exactamente el mejor momento del concierto, un cabrón sentimiento no catalogado en la sique humana inundó el Foro Sol. Teléfonos y gargantas a todo lo alto.
Después de la experiencia espiritual llegó la cadencia de la rola Honky tonk woman, con lo que todos se pusieron a caderear riquísimo, algo de lo más granado de Los Stones. El ánimo no decrecía.
Mick volvió a interpelar al público: "La estamos pasando bien en México... Sean Penn vino al hotel y quería entrevistarme pero me le escapé... domingo fuimos a las luchas y me quise subir al ring".
Después presentó a sus músicos y después al resto de la banda: Ronnie, Charlie y Keith palmas a lo alto y vítores increíbles, la mayor para éste último. Quien queda solo con su guitarra. Bluuuues con You got the silver.
Sigue Before they make me run pero ahora Keith se hace acompañar de Ronnie y Charlie, además de un par de coristas.
El gozo stoniano prosiguió con Midnight rambler, un temita acá, con el sello musical surcado en los últimos 50 años donde hubo lugar para el lucimiento personal en cada uno de los instrumentos y Mick en la armónica y unos pasitos de ... baile.
Luego Mick, como un director de orquesta, se puso a dirigir al público del Foro Sol con grititos guturales y pedazos de canciones, al tiempo que los guitarrazos, batacazos lo secundaban/acompañaban.
Después de la deconstrucción musical Mick dijo: "Ustedes son chidos". Acompañado del seminal tema Miss you, que llegó como un susurro a una querubina de 8 años y que presenciaría/oiría dentro de 48 horas.
El cobijo para las maltrechas almas llegó con Gimme shelter, el éxtasis se hizo tangible en la dermis y epidermis... La voz de Mick y su corista se coló por todos los poros de la piel lúbricamente/cachondamente
La némesis llegó con Jumping Jack Flash, trenzada con Sympathy for the devil y Brown sugar, que en opinión de Mick: "Qué noche tan brutal".
Los Stones se despidieron pero salieron y se rifaron con dos temas más: You can't always get what you want y su rolita más famosa I can't get no satisfaction.
El Sol ya dormía en China, en su nadir y Los Stones llegaron a su cenit. Dejando un sentimiento de que cuando se acaba de escucharlos no hay retorno y lo que es peor ni deseo de retornar.
El próximo jueves será el segundo concierto de Sus Satánicas Majestades en la Ciudad de México y el 25 de marzo darán su último concierto en Latinoamérica nada menos que en La Habana, Cuba, gratis.
Un alarido estalló en punto de las nueve de la noche en el Foro Sol, al iniciarse el primer concierto de los Rolling Stones en México dentro de la gira Olé Tour.
Con un escenario que lucía repleto, la multitud aguantó horas de espera que al final tuvieron su recompensa cuando arrancó la descarga del sonido Stone, en punto de las nueve de la noche.
El Oriente de la ciudad ardía desde la tarde, cuando miles de personas se acercaban al lugar de la función, en medio de la reventa de boletos y la vendimia de recuerdos.
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Keith Richards, Ronni Wood, Mick Jagger y Charlie Watts se colaron inmediatamente en el nervio óptico y llegaron al torrente sanguíneo que irrigó todos los órganos con el cabrón placer que produce atestiguar el momento de 10 años/plomo de espera.
Le siguió el emblemático It's only rock 'n roll (but l like it). El nuevo atisbo de Mick: "Hola güey". El cuarteto inglés se ve feliz pero palidece ante el fervor que les profesa el público.
Con Tumbling dice, Mick comienza a patearse el escenario de derecha a izquierda. De nueva cuenta Mick dice: "Hace 10 años que no veníamos a México, un chingo de años. Antes tomábamos tequila ahora tomamos mezcal", con lo cual puso loquito/loquito/loquito al público. Inmediatamente Sus Satánicas Majestades sueltan lOut of control, con acompañamiento de Mick en la armónica.
Street fighting man, la rola que los mexicanos eligieron para que Los Stones la tocaron sonó macizo, aunque fue poca coreadas, eso sí los gritos de "esos güeyes son mis novios" y "los amo" se escurrieron por el inmueble.
El delirio continuó con Wild horses, algunos sacaron sus teléfonos celulares y marcaron: "Escucha esta rola".
Con Paint in black se vivió exactamente el mejor momento del concierto, un cabrón sentimiento no catalogado en la sique humana inundó el Foro Sol. Teléfonos y gargantas a todo lo alto.
Después de la experiencia espiritual llegó la cadencia de la rola Honky tonk woman, con lo que todos se pusieron a caderear riquísimo, algo de lo más granado de Los Stones. El ánimo no decrecía.
Mick volvió a interpelar al público: "La estamos pasando bien en México... Sean Penn vino al hotel y quería entrevistarme pero me le escapé... domingo fuimos a las luchas y me quise subir al ring".
Después presentó a sus músicos y después al resto de la banda: Ronnie, Charlie y Keith palmas a lo alto y vítores increíbles, la mayor para éste último. Quien queda solo con su guitarra. Bluuuues con You got the silver.
Sigue Before they make me run pero ahora Keith se hace acompañar de Ronnie y Charlie, además de un par de coristas.
El gozo stoniano prosiguió con Midnight rambler, un temita acá, con el sello musical surcado en los últimos 50 años donde hubo lugar para el lucimiento personal en cada uno de los instrumentos y Mick en la armónica y unos pasitos de ... baile.
Luego Mick, como un director de orquesta, se puso a dirigir al público del Foro Sol con grititos guturales y pedazos de canciones, al tiempo que los guitarrazos, batacazos lo secundaban/acompañaban.
Después de la deconstrucción musical Mick dijo: "Ustedes son chidos". Acompañado del seminal tema Miss you, que llegó como un susurro a una querubina de 8 años y que presenciaría/oiría dentro de 48 horas.
El cobijo para las maltrechas almas llegó con Gimme shelter, el éxtasis se hizo tangible en la dermis y epidermis... La voz de Mick y su corista se coló por todos los poros de la piel lúbricamente/cachondamente
La némesis llegó con Jumping Jack Flash, trenzada con Sympathy for the devil y Brown sugar, que en opinión de Mick: "Qué noche tan brutal".
Los Stones se despidieron pero salieron y se rifaron con dos temas más: You can't always get what you want y su rolita más famosa I can't get no satisfaction.
El Sol ya dormía en China, en su nadir y Los Stones llegaron a su cenit. Dejando un sentimiento de que cuando se acaba de escucharlos no hay retorno y lo que es peor ni deseo de retornar.
El próximo jueves será el segundo concierto de Sus Satánicas Majestades en la Ciudad de México y el 25 de marzo darán su último concierto en Latinoamérica nada menos que en La Habana, Cuba, gratis.
Un alarido estalló en punto de las nueve de la noche en el Foro Sol, al iniciarse el primer concierto de los Rolling Stones en México dentro de la gira Olé Tour.
Con un escenario que lucía repleto, la multitud aguantó horas de espera que al final tuvieron su recompensa cuando arrancó la descarga del sonido Stone, en punto de las nueve de la noche.
El Oriente de la ciudad ardía desde la tarde, cuando miles de personas se acercaban al lugar de la función, en medio de la reventa de boletos y la vendimia de recuerdos.
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