Recortes lo llevan al suicidio
Atenas. “No encuentro otra solución para un final digno, y no tener que buscar en la basura para alimentarme”, dice el mensaje del farmacéutico jubilado de 77 años que se suicidó el miércoles en Grecia tras los recortes de austeridad.
Decenas de personas han dejado mensajes y flores para recordarlo.
Reuters
Por Renee Maltezou
ATENAS (Reuters) - El suicidio de un jubilado griego se convirtió rápidamente en un símbolo de los costos sociales de la austeridad y fue aprovechado de inmediato por los detractores de los recortes presupuestarios impuestos por los prestamistas internacionales del país.
El farmacéutico jubilado Dimitris Christoulas, de 77 años, se pegó un tiro en la cabeza el miércoles en las afueras del Parlamento en Atenas, asegurando que los problemas financieros lo habían puesto en una situación extrema. En una nota de despedida, afirmó que prefería morir a tener que rebuscar comida en la basura.
El carácter público y simbólico del suicido rápidamente desencadenó un torrente de apoyo por parte de sus
compatriotas, que crearon un altar improvisado con velas, flores y notas escritas a mano en protesta por la crisis. Algunos protestaron durante la noche.
El jueves, decenas de personas se congregaron en el lugar, en la céntrica plaza de Syntagma, que también fue escenario de las protestas del movimiento de los indignados griegos. El movimiento dijo que celebraría un segundo día de protesta y también convocó un acto en la ciudad de Tesalónica, en el norte.
El diario conservador Eleftheros Typos calificó a la víctima de "mártir de Grecia" y aseguró que su acto estaba lleno de "un profundo simbolismo político" que podría "conmocionar a la sociedad griega y al mundo político y despertar su conciencia", antes de las elecciones parlamentarias del próximo mes.
La ira por el suicidio estaba dirigida sobre todo a los políticos, pero también a las duras medidas de austeridad prescritas por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional a cambio de conceder los fondos del rescate para sacar al país de su peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial.
"Es horrible. No deberíamos haber llegado a este punto. Los políticos en el Parlamento que nos han traído hasta aquí deberían ser castigados por esto", dijo Anastassia Karanika, una jubilada de 60 años.
En la semana ha habido cuatro intentos de suicidio por problemas económicos, según la policía. En uno de los casos, el dueño de un café en el centro del país, de 35 años, fue hospitalizado después de intentar matarse tomando pesticida porque temía que su negocio acabara en manos del banco si no podía pagar la hipoteca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario