Otorgan al obispo Raúl Vera el premio Rafto 2010
Rodrigo Vera
Rodrigo Vera
MÉXICO, D.F., 23 de septiembre (apro).- Por su defensa de los derechos humanos y la justicia social, monseñor Raúl Vera López, obispo de Saltillo, fue nombrado hoy como ganador del Premio Rafto 2010, que otorga la fundación noruega Rafto.
De acuerdo con el organismo, el obispo mexicano fue escogido para recibir el galardón porque es "un crítico intransigente del abuso del poder y un defensor valiente de los inmigrantes, los pueblos indígenas y otros grupos en peligro". Detalló que el religioso, nacido en 1945 en Acámbaro, Guanajuato, ha defendido durante años los derechos de los prisioneros, prostitutas, gays y lesbianas, pese a que los derechos de estos últimos han sido pisoteados por la propia Iglesia católica.
El jurado que concedió el premio también destacó la posición crítica del obispo hacia los cárteles mexicanos de la droga y hacia la militarización que el actual gobierno panista emprendió para combatir el narcotráfico.
Vera López tomó el hábito en la Orden de los Predicadores en noviembre de 1968, después de haber estudiado ingeniería química en la UNAM.
También cursó estudios eclesiásticos –de filosofía y teología– en la Facultad de Teología de los dominicos, en Bologna, Italia, y en la Universidad Santo Tomás de Aquino, en Roma.
En 1987 fue nombrado obispo de Ciudad Altamirano, Guerrero, y en 1995 se le designó como obispo coadjutor de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, cuando en esa entidad el movimiento zapatista estaba en pleno auge.
Durante su paso por esa diócesis chiapaneca, el obispo fue duramente criticado por el gobierno mexicano y por el sector conservador de la Iglesia católica, debido a su fuerte defensa en favor de los indígenas de la región.
Entonces se preveía que Vera López sería el sucesor natural de Samuel Ruiz, obispo titular de San Cristóbal, pero El Vaticano dio un viraje y lo nombró obispo de Saltillo, en 1999. En ese entonces se dijo que ese cambio obedeció a que Vera se había convertido en un influyente líder de la llamada opción preferencial por los pobres.
Ya como obispo de Saltillo, Vera López ha continuado en esa corriente eclesiástica, por lo que es uno de los pocos obispos latinoamericanos que aún están dentro de la Teología de la Liberación y, por tanto, luchando abiertamente en favor de los más pobres y desprotegidos, motivo por el cual hoy se le da el reconocimiento.
El Premio Rafto, dotado con 10 mil dólares, fue creado en 1986 en memoria de Thorolf Rafto, un defensor noruego de los derechos humanos.
La distinción le será entregada a Vera López el próximo 7 de noviembre, en la ciudad de Bergen.
Entre los ganadores del premio han figurado la líder opositora birmana Aung Sang Suu Kyi y la defensora de los derechos humanos iraní Shirin Ebadi, quienes posteriormente recibieron el Premio Nobel de la Paz.
De acuerdo con el organismo, el obispo mexicano fue escogido para recibir el galardón porque es "un crítico intransigente del abuso del poder y un defensor valiente de los inmigrantes, los pueblos indígenas y otros grupos en peligro". Detalló que el religioso, nacido en 1945 en Acámbaro, Guanajuato, ha defendido durante años los derechos de los prisioneros, prostitutas, gays y lesbianas, pese a que los derechos de estos últimos han sido pisoteados por la propia Iglesia católica.
El jurado que concedió el premio también destacó la posición crítica del obispo hacia los cárteles mexicanos de la droga y hacia la militarización que el actual gobierno panista emprendió para combatir el narcotráfico.
Vera López tomó el hábito en la Orden de los Predicadores en noviembre de 1968, después de haber estudiado ingeniería química en la UNAM.
También cursó estudios eclesiásticos –de filosofía y teología– en la Facultad de Teología de los dominicos, en Bologna, Italia, y en la Universidad Santo Tomás de Aquino, en Roma.
En 1987 fue nombrado obispo de Ciudad Altamirano, Guerrero, y en 1995 se le designó como obispo coadjutor de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, cuando en esa entidad el movimiento zapatista estaba en pleno auge.
Durante su paso por esa diócesis chiapaneca, el obispo fue duramente criticado por el gobierno mexicano y por el sector conservador de la Iglesia católica, debido a su fuerte defensa en favor de los indígenas de la región.
Entonces se preveía que Vera López sería el sucesor natural de Samuel Ruiz, obispo titular de San Cristóbal, pero El Vaticano dio un viraje y lo nombró obispo de Saltillo, en 1999. En ese entonces se dijo que ese cambio obedeció a que Vera se había convertido en un influyente líder de la llamada opción preferencial por los pobres.
Ya como obispo de Saltillo, Vera López ha continuado en esa corriente eclesiástica, por lo que es uno de los pocos obispos latinoamericanos que aún están dentro de la Teología de la Liberación y, por tanto, luchando abiertamente en favor de los más pobres y desprotegidos, motivo por el cual hoy se le da el reconocimiento.
El Premio Rafto, dotado con 10 mil dólares, fue creado en 1986 en memoria de Thorolf Rafto, un defensor noruego de los derechos humanos.
La distinción le será entregada a Vera López el próximo 7 de noviembre, en la ciudad de Bergen.
Entre los ganadores del premio han figurado la líder opositora birmana Aung Sang Suu Kyi y la defensora de los derechos humanos iraní Shirin Ebadi, quienes posteriormente recibieron el Premio Nobel de la Paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario