¿Qué pasa en México? El politólogo Federico Müggenburg (FM), identificado como vocero calificado de la extrema derecha del país (Yunque, el ala ultraderechista del PAN), dice que «México está al borde del caos debido a la confrontación entre Carlos Salinas de Gortari y su proyecto con Enrique Peña Nieto, y Manuel Camacho Solís y su proyecto con Andrés Manuel López Obrador; ese enfrentamiento desplazó a un lugar de poca importancia a Josefina Vázquez Mota». Es una lucha entre el extremo centro del PRI y el centro izquierda del mismo PRI –ahora llamado PRD--, vistos como dos primos hermanos. El proyecto de centro derecha del PAN fue relegado». Los ciudadanos fueron distraídos con el garlito de que se han vivido treinta años con la fórmula PRIAN, y debe darse el “cambio verdadero”. Este cambio verdadero se convirtió en miedo y temor para los que no desean cambiar. Se cumplió así lo que leí en aquella barda del centro del DF, en el 2005, cuando vendía mezclilla: “Que se vayan los pendejos y regresen los rateros”. Yo tengo otra visión de la geometría política. Con Enrique Peña Nieto, educado en la Universidad Panamericana –bastión del Opus Dei--, repite la derecha. En el 2012, dice FM, los “primos hermanos” (PRI-PRD) fueron presentados como la única disyuntiva electoral posible. Se generó así una trampa, agrega el que esto escribe. Felipe Calderón y Vicente Fox, dos creyentes en las bondades de la libre empresa, dieron color al apoyar al candidato del llamado “centro”, por temor a un triunfo del candidato de la “izquierda”, que para ellos –como para la mayoría de los ricos-- es un peligro para México. El verdadero peligro no es López Obrador --él sirve como liberador de tensiones entre los radicales--, lo es la renovada lucha de clases entre los que tienen y no tienen, es la falta de oportunidades, la expansión de los monopolios, la falta de una reforma fiscal que reduzca las desigualdades, etc. El peligro es –ante la falta de una reforma electoral de fondo que limite la democracia comprada-- el regreso al probable magnicidio, a la lucha armada clandestina y a su segura represión por parte de las fuerzas armadas. El verdadero peligro es que, además de la inseguridad, haya menos libertad.
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