Este país al que algunos les gusta recordarlos como de pobres se puede dar lujos que ningún país rico se da. Tenemos unas elecciones en las que oficialmente se invierten 26 mil millones de pesos y el resto de los habitantes de este país aportan extraoficialmente otros 70 mil millones de pesos de acuerdo a lo que los partidos políticos estiman que se gasto por arriba de los topes permitidos. Nuestras elecciones para fines prácticos costaron 95 mil millones de pesos. En el momento de las elecciones ningún partido político se molesto por este gasto. La molestia viene cuando pierden. Acaso oyó usted algún candidato decirnos que no era necesario que aportáramos dinero oficial a las campañas. 13 mil millones de pesos. ¿Que en lugar de usar ese dinero en las campañas se destinara a una ayuda extra a los pobres de este país?
Otra realidad que ayuda a entender que ya no somos un país de pobres es que
- los 22 grupos financieros del país obtuvieron una ganancia de 89,500 millones de pesos en el 2011 y en el primer semestre del 2012 las ganancias acumuladas son del orden de los 52,000 millones de pesos. Para ser un país de pobres no está mal.
- El consumo por persona de agua embotellada llegó a 234 litros al año. El consumo per cápita es más del doble que los estadounidenses (110 litros) y se encuentra muy por encima del de España (119 litros).
- Lo mismo con el consumo de refrescos. En 2011 hubo un crecimiento de 14% con respecto a 2010, y se espera igual para el 2012. México ocupa el primer lugar en consumo de refrescos, seguido de otros como Chile, Estados Unidos, Australia y Argentina.
- Somos, si lo quiere ver así. Un país de pobres excéntricos.
- Pedimos préstamos y pagamos intereses altos, somos los número uno en el mundo en la compra de agua embotellada y de refrescos y el lujo de sostener a cuanto partido político se le ocurre registrarse. ¿Qué tal si fuéramos un país de ricos?
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