17 preguntas y respuestas sobre la nueva ola neoliberal, la crisis de la deuda y las alternativas[1]
Eric Toussaint (CADTM)[2]
1.- ¿Cuál es el saldo del año 2009 y del primer semestre de 2010 en el campo de las luchas?
El saldo es preocupante. En las mayores economías industrializadas, a pesar de ser el epicentro de la crisis, no se produjeron reacciones sociales importantes. En 2009, sólo se realizaron grandes manifestaciones en Alemania y, especialmente, en Francia,[3] donde más de dos millones y medio de manifestantes se lanzaron a la calle, realizando dos marchas durante el primer trimestre de 2009. Por otra parte, en Estados Unidos la movilización es difícil para los sectores más castigados por la crisis y en consecuencia, aunque hubo algunas huelgas, éstas fueron poco significativas. El pueblo parece agotado. En 2010, durante el primer semestre hubo fuertes movilizaciones en Grecia contra la política antisocial llevada a cabo por el gobierno socialista que quiere dedicar la mayor parte del gasto público al pago de la deuda pública. También hubo huelgas en España y en Portugal, donde también los gobiernos decidieron aplicar medidas antipopulares. El desempleo, que aumentó de manera importante en el Norte, es una de las causas del bajo nivel de movilizaciones sociales: por ejemplo, en España pasó del 10 % al 20 % de la población económicamente activa, algo que no había ocurrido en los últimos 30 años. [4] En el Sur se tenía la impresión de que Brasil y otros países no se verían afectados por la crisis del Norte, puesto que algunos gobiernos, como el de Lula, tomaron medidas económicas y financieras que les habrían permitido blindarse. Por consiguiente, allí también existe un bajo nivel de movilización en relación con la crisis internacional. Pero se puede hacer una comparación histórica: después de la crisis de 1929 de Wall Street, la lucha social radical en el plano internacional se desarrolló en los años 1933, 1934 y 1935. Podemos decir que, históricamente, la reacción de las masas no es inmediata. Si la crisis continúa, y sus efectos se mantienen muy fuertes, los ciudadanos acabarán movilizándose masivamente.
Entre los factores que impidieron la realización de grandes movilizaciones populares hay que destacar el papel negativo desempeñado por las cúpulas sindicales, que están muy burocratizadas. La política de los dirigentes consiste en esperar que las decisiones del gobierno eviten un gran shock. Acompañan y apoyan las políticas gubernamentales que limitan un poco el coste de la crisis para los más oprimidos. Existe una falta de voluntad de los dirigentes sindicales, de los partidos de izquierda o de los sedicentes partidos socialistas, lo que, en los países del Norte, facilita a los gobiernos la aplicación continuada de parches sociales-liberales o neoliberales. No hay voluntad de implementar ni siquiera una política neokeynesiana. El New Deal de Roosevelt (Franklin Delano, por entonces presidente estadounidense) de 1933 en comparación con las políticas de Barak Obama, o de gobiernos como el de José Luís Rodríguez Zapatero (presidente del gobierno español y secretario general del Partido Socialista Obrero Español) y/o del PASOK en Grecia, parece de una izquierda radical. Por lo tanto, queda claro que existe una enorme responsabilidad de las direcciones de los partidos tradicionales de izquierda y de los sindicatos.
2. En el Norte, los mismos mercados financieros que fueron salvados gracias a los planes de rescate están ahora en pie de guerra contra el aumento de la deuda pública, que esos mismos planes han provocado. ¿Cómo incidirá, en nuestra vida diaria, el aumento de la deuda pública, y a cuánto asciende?
Se está viviendo un viraje histórico dentro del proceso de políticas neoliberales que comenzó a partir de finales de los años setenta e inicios de los ochenta. Es decir, se está produciendo una aceleración de la ofensiva del capital contra el trabajo debido a la crisis del capitalismo, y a su vez a una profundización al no topar el capital con una movilización social suficientemente fuerte. En todos los países del Norte se producirá una reducción del gasto social y en varios una aceleración de las privatizaciones. Asistiremos a una degradación de la situación de la enseñanza y la salud pública, a despidos masivos o al no reemplazo de los funcionarios públicos que se jubilen, a una reducción de gastos en obras públicas, a un aumento de los impuestos que pagan los asalariados y todos los sectores populares, al aumento del IVA, y a un aumento del porcentaje del presupuesto del Estado dedicado al pago de la deuda pública. Y este dinero irá a su vez a los tenedores de los bonos de esa deuda, o sea, a los grandes bancos internacionales, fondos de pensiones privados y grandes compañías de seguros. La población se verá entonces afectada de manera muy directa.
3. ¿Las medidas aplicadas en Grecia están inspiradas en las recetas prescriptas a los países del Sur cuando, hace 30 años, estalló la crisis de la deuda?
Sin duda. El gobierno griego ha puesto en marcha un plan de austeridad acogido con satisfacción por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. Las medidas introducidas en este plan son totalmente inadmisibles. Lo que el gobierno de Atenas presenta como una solución a la crisis sólo es el rescate que la población griega debe pagar por la irresponsabilidad de los actores financieros que provocaron o agravaron la crisis.
Este plan de austeridad tiene por objetivo ahorrar 4.800 millones de euros a costa de la población, para reembolsar a los acreedores. También servirá para pagar los honorarios del banco Goldman Sachs, que ahora sabemos que ayudó al gobierno griego a disimular una parte de su deuda.
Y en especial resaltamos estas medidas:
► Congelación de salarios y pensiones de la función pública durante 5 años.
► Supresión del equivalente a dos meses de salario a los funcionarios.
► Aumento del tipo principal del IVA, que, después de haber pasado del 19 al 21 %, ahora será del 23 %. El aumento de los tipos reducidos serán del 5 al 5,5 %, y del 10 al 11 %.
► Los impuestos sobre los combustibles, alcohol y tabaco aumentan un 10 % por segunda vez en un mes.
► Las jubilaciones anticipadas (debidas a condiciones de trabajo especialmente duras) estarán prohibidas antes de los 60 años.
► La edad legal para la jubilación de las mujeres pasa de los 60 a los 65 años, de aquí a 2013.
► Para los hombres, la edad legal para la jubilación dependerá de la esperanza de vida.
► Se necesitará 40 años de trabajo cotizados (y no los 37 años de ahora, aparte de los años de estudio y desempleo) para obtener la jubilación completa.
► Esta jubilación estará calculada sobre el salario medio de la totalidad de los años trabajados, y no en función del último salario, como es hasta ahora (en general, una disminución del monto percibido de entre el 45 al 60 %.)
► El Estado reducirá los gastos de sus funciones (salud, educación, etc.) en 1.500 millones de euros.
► Las inversiones públicas también serán reducidas en 1.500 millones de euros.
► Se establece un nuevo salario mínimo para los jóvenes y los desempleados de larga duración.
► Los transportes, la energía y algunas profesiones reservadas al Estado serán liberalizadas y abiertas al sector privado (es decir, se producirán privatizaciones).
► El sector financiero (principalmente los bancos) se beneficiará de un fondo de ayuda implementado con la ayuda del FMI y la Unión Europea.
► La flexibilidad en el trabajo será reforzada.
► Se facilitará el despido.
► La economía griega quedará sometida al control del FMI.
Grecia, que permanecerá en la zona euro, no podrá devaluar su moneda, ni jugar con los tipos de interés. Tampoco podrá reestructurar su deuda, puesto que las instituciones financieras europeas poseen 2/3 de la misma. Estos mismos bancos continuarán gozando de préstamos del Banco Central Europeo a un tipo de interés del 1 % , y así podrán prestar ese dinero a los Estados (mediante remuneración). Como contrapartida a estas medidas, los países de la zona euro prestarán como ayuda a Grecia entre 100.000 millones y 135.000 millones de euros, y este préstamo deberá ser devuelto en 3 años, con un tipo de interés del 5 % (este mismo año deberá devolver 45.000 millones de euros). Los Estados ricos y los bancos ganarán por lo tanto dinero a costa del pueblo griego. Christine Lagarde, ministra de Finanzas francesa prevé un beneficio de 150 millones de euros por año. De este modo, acrecientan la deuda pública griega para conseguir que el Estado griego pueda pagar a sus acreedores privados.
4. ¿La crisis griega será una demostración en escala natural de la triple peligrosidad del FMI, la Unión Europea y los mercados financieros?
El FMI, justamente desprestigiado por sus catastróficos «planes de ajuste estructural», reaparece en la zona euro, después de haber hecho estragos en varios países del este europeo. Ahora utiliza los mismos procedimientos que antes, adaptados a los mismos socios: los mercados financieros y las transnacionales. Hoy como ayer, es su verdadera naturaleza de bombero pirómano que se revela sin tapujos.
La Unión Europea y su Comisión también reafirman sus paradigmas al servicio de la «competencia libre y no falseada». El Banco Central Europeo no está al servicio de las poblaciones europeas sino sólo al servicio de los bancos y de los organismos financieros. Los mercados financieros, después de haber provocado y precipitado la crisis griega, a través de las agencias de calificación, a sueldo de los grandes bancos estadounidenses, quieren obtener aún más beneficios de sus estrategias especulativas. El gobierno del PASOK, la UE y el FMI se lo sirven en bandeja.
Si estigmatizamos con toda justicia a los fondos especulativos, a las agencias de calificación y a la industria financiera, tampoco debemos perder de vista que éstas representan al árbol que impide ver el bosque. Esta especulación desenfrenada que estrangula a la población pobre sólo es posible debido a dos razones principales:
► Las sucesivas desreglamentaciones de los mercados financieros a partir de los años ochenta del siglo pasado.
► La decisión voluntaria y consciente de la gran patronal de dedicar sus nuevos beneficios a la especulación, en lugar de dedicarlos a la producción y al empleo. Esta acumulación de nuevos beneficios tiene su origen en un nuevo reparto de las riquezas a favor de los beneficios y en detrimento de la parte que corresponde a los asalariados. En el conjunto de los países desarrollados ésta disminuyó alrededor del 10 % del PIB en 25 años,
Esta orientación económica, liderada por la ideología neoliberal, es la causa principal de la crisis económica y financiera que sufrimos actualmente.
Los diferentes gobiernos que, durante 30 años, se sucedieron en Grecia, así como en otros países del Norte, tienen también una gran responsabilidad en el aumento de la deuda pública. Las políticas fiscales, que favorecen a las familias más ricas y a las grandes empresas (impuesto sobre la renta, el patrimonio y el de sociedades) hicieron disminuir considerablemente los ingresos fiscales y agravaron el déficit público, obligando a los Estados a aumentar su endeudamiento.
En el plan de austeridad PASOK-UE-FMI impuesto al pueblo griego existen sólo pequeñas medidas, ineficaces, para establecer un comienzo de justicia fiscal y no hay absolutamente nada para luchar contra la evasión fiscal de los beneficios de las grandes empresas.
Las «soluciones» del PASOK, de la UE y del FMI precipitan a Grecia hacia una profundización de su crisis. Una recesión mínima de 4 puntos en el PIB estaba ya programada para 2010. Los pequeños artesanos y comerciantes, las pequeñas empresas sufrirán una larga serie de quiebras y de abandono de actividades. El desempleo aumentará enormemente y las clases populares y medias verán cómo su nivel de vida baja en caída libre. Crecerán las desigualdades, mientras que la parte más pobre de la población verá sus derechos humanos fundamentales (acceso a la energía, al agua, a la sanidad, a la educación, etc.) amenazados.
La rabia del pueblo griego es también la nuestra.
5. ¿Existen soluciones alternativas para solucionar la crisis de la deuda griega?
► El pago de la deuda pública de Grecia debe ser suspendido de inmediato y debe llevarse a cabo una auditoría pública para decidir sobre la legitimidad o ilegitimidad de dicha deuda.
► Deben tomarse medidas de anulación y los beneficios financieros de la deuda deben gravarse en origen, con el tipo de interés máximo del impuesto a la renta.
► Se deben tomar medidas fiscales, de forma inmediata, para restablecer la justicia fiscal y luchar contra el fraude. En este momento, según las cuentas del Tesoro griego, los funcionarios (designados como chivo expiatorio) y los obreros declaran unos ingresos mayores que los profesionales liberales (médicos, farmacéuticos, abogados) e incluso que los ejecutivos de los bancos.
La casi totalidad de las grandes empresas (armadores,...) declaran sus beneficios en los países con la fiscalidad más ventajosa (especialmente en Chipre) o los esconden en los paraísos fiscales. La iglesia ortodoxa continúa beneficiándose de unas exoneraciones fiscales exorbitantes sobre el patrimonio en general y sobre el inmobiliario en particular.
Hay dinero en Grecia pero no donde el plan de austeridad quiere cogerlo.
Los dirigentes de las potencias y del FMI ejercen una enorme presión para imponer nuevas medidas neoliberales, para aumentar las desigualdades y la precariedad de la población. Al mismo tiempo, no se toma ninguna medida eficaz para que los responsables asuman todo el peso de la crisis, ni tampoco para evitar que se reproduzca.
Debemos exigir de los gobiernos de los países afectados por la crisis financiera que abandonen la opción neoliberal, que ha conducido al mundo al actual callejón sin salida, mientras existen caminos radicalmente distintos. Hace falta apoyar a la población griega que se moviliza masivamente en pro de la ruptura con el modelo neoliberal. La socialización de las pérdidas y la privatización de las ganancias son dos de los principios que, con urgencia, deben desaparecer.
6. ¿Como interpretar las decisiones del G20 reunido en junio 2010 en Toronto?
Como en el caso de reuniones precedentes, la cumbre del G20 —un club privado en el que los más ricos del planeta invitan a los jefes de Estado de las principales potencias emergentes— se ha mostrado de nuevo rica en efectos publicitarios pero vacía de decisiones. Como en 2008 en Londres, y luego en 2009 en Pittsburg, las discusiones del G20 reunido en Toronto giraron alrededor de la salida de la crisis, pero siempre de una salida capitalista, favorable a los acreedores y a las grandes potencias.
Desde hace dos años aparece una cuestión recurrente, pero nunca efectivizada: la reglamentación financiera mundial. Esta vez tampoco se logró, como era de prever, llegar a un resultado concreto. Ante una población que está pagando muy caro los efectos de la crisis, de cuyo estallido no tiene ninguna responsabilidad, los gobiernos simulan el deseo de animarse a redefinir las normas del juego mundial, a pesar de que, desde hace décadas, abogan por el abandono de cualquier regla que proteja a los pueblos.
Reglamentación del mercado de productos derivados —innovaciones financieras de pura especulación sin ninguna utilidad social—, normas sobre los fondos propios impuestas a los bancos, limitación de los bonus de los dirigentes de los grandes bancos que por ahora se reparten sin ton ni son, impuesto a los grandes bancos o a las transacciones financieras, son algunos de los temas que mostraron las fuertes divergencias que existen en el seno del G20, y esto es muy cómodo para utilizarlo como excusa para no decidir nada. El «tema de la reglamentación bancaria» se ha trasladado a la próxima cumbre del G20, convocada para Seúl en noviembre 2010. Un medio como cualquier otro para no avanzar sobre este problema, que sin embargo, es fundamental.
En cada uno de estos shows mediáticos sigue siendo entonada la misma cantinela contra el proteccionismo. En todo el planeta, la Organización Mundial del Comercio (OMC), apoyada por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), se autoconcedió la misión de destruir todas las protecciones nacionales decretadas obstáculos al libre comercio. Con esto, los derechos fundamentales de los pueblos, tales como el derecho a la soberanía alimentaria, son sacrificados en el altar del crecimiento y del beneficio de las corporaciones transnacionales.
Sin embargo, las diferentes crisis que sacudieron al mundo estas últimas décadas tienen sus raíces en esta liberalización del comercio y de los flujos de capitales esencialmente especulativos. La gran desreglamentación financiera de los años noventa, la desestructuración de sectores completos de las economías nacionales y la disgregación del Estado prepararon el terreno a la feroz ofensiva de los tenedores de capitales contra las poblaciones del mundo entero, primero las del Sur y luego también las del Norte.
La crisis actual y los planes de salvataje de los bancos aumentaron las deudas públicas de los países del Norte. El huracán de austeridad que se cierne sobre los países europeos provoca drásticas reducciones de los gastos públicos, mientras se mantienen las rentas del capital. Así es como el G20 se comprometió a «reducir a la mitad los déficit de aquí al 2013 y a disminuir la deuda pública respecto al PIB antes de 2016». Estas acciones van en contra de los intereses de las clases populares y en pro de las clases sociales más favorecidas. Las recetas fraudulentas aplicadas a partir de los años ochenta están de vuelta: reducción o congelación de los salarios, aumento del IVA, liberalización del mercado de trabajo, privatizaciones de empresas públicas, reforma del sistema de pensiones son medidas de austeridad cuyas primeras víctimas están entre las poblaciones con mayor grado de precariedad. Desde 2008, el FMI abrió líneas de crédito a una decena de países europeos. En Islandia, la población dejó bien claro que no pagará por los errores y los despropósitos del sector bancario y financiero. En Rumania, la reducción de un 15 % en las jubilaciones fue juzgada como anticonstitucional a pesar de las presiones del FMI. En Ucrania, las relaciones entre el FMI y el gobierno están bloqueadas después de la decisión unilateral de este último de aumentar un 25 % el salario mínimo. En Grecia, hubo cinco huelgas generales. Numerosas manifestaciones populares tuvieron y tienen lugar en los países víctimas de estas políticas, y también en Toronto donde las manifestaciones contra el G20 fueron brutalmente reprimidas.
Esta cumbre del G20 sólo fue un hito más en el camino hacia la salida capitalista de la crisis. Para aquellas y aquellos que luchan por la justicia social, este G20 es más bien...un G20 superficial, que repite sin cesar las mismas e injustificables exigencias, y que vuelve a sacar las antiguas «soluciones», que en realidad no lo son. O sea, que ni G8, ni G20, sino atacar la raíz del problema y para ello: expropiar los bancos para transferirlos al sector público bajo control ciudadano, realizar una auditoría ciudadana de la deuda pública con el fin de anular la deuda ilegítima, instaurar una verdadera justicia fiscal general y una redistribución más justa de la riqueza, luchar contra el fraude fiscal masivo, reglamentar los mercados financieros mediante la creación de un registro de propietarios de títulos y por la prohibición de ventas al descubierto, reducir radicalmente el tiempo de trabajo para crear empleos aumentado los salarios y las jubilaciones. Por lo tanto, es urgente actuar en pro de una gran movilización popular, para llegar a la convergencia de las luchas locales en el plano internacional y conseguir acabar con las políticas de regresión social.
7. ¿A nivel mundial, con esta crisis se inauguró definitivamente, o puede inaugurarse en un futuro próximo, una nueva era de multipolaridad?
Es evidente que la dominación económica estadounidense no es la misma que la de hace 20 años. Estados Unidos está perdiendo la primacía económica, pero es el único país que combina un predominio industrial —aunque en este campo está menguando— con una moneda que aunque debilitada continúa siendo la moneda internacional, con una presencia militar permanente en más de cien países, además de una aceitada maquinaria para invadir territorios. En diciembre de 2009 publiqué un artículo en el que interpretaba el golpe en Honduras y las siete bases en Colombia como una demostración evidente de la agresividad norteamericana frente a Latinoamérica.[5]
Algunos periodistas reaccionaron opinando que esto era una exageración, que Estados Unidos no podía lanzar una intervención militar en Latinoamérica, dado que no tiene la disponibilidad de fuerzas necesaria por estar atrapado en Afganistán, Pakistán e Irak. Sin embargo, en dos días fueron capaces de enviar 15.000 soldados a Haití. Por consiguiente, se puede reafirmar: Estados Unidos continúa siendo una potencia capaz de agredir, de enviar equipamientos y materiales militares a cualquier lugar del planeta. El caso de Haití es muy emblemático, ya que demuestra que mantiene una gran capacidad y velocidad de reacción. La potencia estadounidense continúa siendo la principal del mundo en términos estratégicos. Está claro que están surgiendo otras nuevas, como China, y por detrás, Rusia, India y Brasil, por ahora potencias regionales. La posición internacional de Brasil puede definirse como la de un «imperialismo periférico». ¿Por qué imperialismo? Porque Brasil actúa con los países vecinos como si fuera una potencia imperialista tradicional.[6] Los considera como países destinatarios de inversiones de sus empresas transnacionales, y la política externa del gobierno brasileño tiende a apoyar la estrategia de expansión de esas corporaciones: Petrobras, Vale do Rio Doce, Odebrecht, etc., que están presentes en Bolivia, Ecuador, Perú, Venezuela, Chile, Argentina e inclusive África, donde han hecho inversiones importantes. Por lo tanto se puede decir que existe un carácter multipolar ya que no existe un superimperialismo, sino potencias imperialistas antiguas (Estados Unidos, la Unión Europea, Japón) y otras nuevas, las llamadas Bric (acrónimo de Brasil, Rusia, India y China). Estos países no constituyen una alternativa progresista a los viejos imperialismos. Lo que buscan es negociar con las grandes potencias para obtener un lugar en la división internacional del poder, del trabajo, de la economía global y del acceso a los recursos naturales. En consecuencia, no existe ninguna potencia progresista a la que podríamos apoyar. En cambio existe una iniciativa como el ALBA (Alianza Bolivariana para las Américas, propuesta por el presidente venezolano Hugo Chávez), cuyos integrantes, felizmente, no son países imperialistas. Alternativas regionales como ésta, son muy importantes. Mi preocupación al respecto es que se debería ir más allá de los discursos, aumentando mucho más la integración entre los países miembros. Aunque es preciso destacar cosas positivas: en la reunión del ALBA del 25 de enero de 2010 se decidió anular la deuda de Haití con sus países miembros, dando una lección a las potencias que se reunieron en Montreal el mismo día para discutir el alivio de la deuda de Haití, condicionándola a la aceptación de medidas de ajuste estructural.
8.- ¿Cómo se explica que, a pesar de que el modelo neoliberal haya sido puesto en jaque a causa de la crisis, haya sido el presidente Lula, que aplica una política social-libera, uno de los que salieron más fortalecidos por ella?
Fundamentalmente, lo que define la suerte de un país son las movilizaciones sociales, las experiencias que las masas acumulan a través de sus acciones. Y vemos que los países donde los gobiernos, en el ámbito político, son los más avanzados, son aquellos que tuvieron los movimientos sociales más radicales. Ese nivel de movilización social ejerce una presión que empuja a los gobiernos hacia medidas políticas y sociales más coherentes con la opción de izquierda. Lamentablemente, en Brasil no hubo, en los últimos cinco o seis años, ese nivel de movilización. Y el gobierno, además de eso, comenzó con una situación económica favorable. Entre 2003 y 2008 hubo un aumento del precio internacional de los bienes primarios, un aumento que acompañaba la burbuja especulativa del Norte y generaba más exportaciones para el país. Y la crisis internacional no afectó inmediatamente a Brasil. Por ello, el Gobierno podrá presentar como resultado una situación económica que no depende exactamente de su política. A no ser por el hecho de mantener tipos de interés muy altos, lo que permitió a los bancos privados brasileños no tener que invertir tanto en subprimes estadounidenses para obtener mayores beneficios, puesto que ya los obtenían con sus altos intereses. Está claro que no apoyo la política de tipos de interés altos, pero, en un mundo en el que los bancos pueden mover fácilmente su capital, esa medida protegió, de algún modo, el sistema bancario de Brasil.
9.- ¿Pero por qué razones, además de las tasas de interés, Brasil no fue afectado por la crisis?
Porque la caída de los precios de los productos primarios que ocurrió en el segundo semestre de 2008 fue seguida de un alza. Los ingresos por exportación se mantuvieron y el colchón social representado por el programa de Bolsa Familia proporcionó a los sectores pobres cierto nivel de consumo que mantuvo el mercado interno[7]. La pregunta es: ¿Qué va a ocurrir en los próximos años? ¿Qué va a ocurrir con el crecimiento de China? Puede o no seguir con el actual crecimiento. Se sabe que en China existe una burbuja inmobiliaria, una burbuja en la Bolsa de Valores, una explosión de deudas internas, hay un montón de deudas dudosas en las cuentas de los bancos chinos. El crecimiento en China se debe a la muy importante inyección de gasto público por parte del gobierno para contraatacar la pérdida de mercados externos debida a la crisis en Estados Unidos, Europa y Japón. Se mantiene el nivel de crecimiento, pero de manera artificial, por medio de esas burbujas. En la situación mundial actual, China es la locomotora de lo que resta de crecimiento económico. Sin ella, estaríamos en una recesión mundial en estado puro. La situación de Brasil está relacionada con China por medio de las exportaciones de minerales, etc., pero también porque el gigante asiático mantiene la economía mundial en cierto nivel de crecimiento. Si China cae, lo que no es una certeza, pero sí una posibilidad, afectará a Brasil, que también sufrirá las consecuencias si ocurrieran otras explosiones financieras internacionales, porque existen otras bombas, como los precios de los bienes primarios, que son más altos de lo que la actividad económica justifica. Hay una inversión especulativa en varios productos alimentarios exportados por Brasil, como la soja. Si esa burbuja especulativa estalla, tendremos una reducción en los precios de estos productos, y eso golpeará a Brasil. Por eso, la idea de que Brasil tiene una economía blindada es falsa. Depende de la evolución internacional, sobre la que no tiene control. Lo que Brasil podría hacer para reparar esta situación es conseguir un crecimiento mayor de su mercado interno, protección, ejercer más control sobre los movimientos de capitales, implementar otro modelo económico —un modelo redistributivo—, atacar a los monopolios, a los especuladores, realizar una reforma agraria y urbana radical. Este podría ser un modelo dentro de un marco de integración regional. Pero eso implicaría un cambio de opciones en el gobierno.
10.- ¿Cómo evaluar las respuestas a la crisis por parte de los gobiernos más progresistas, como Venezuela, Bolivia y Ecuador?
Hubo un aspecto positivo, no solo por parte de esos tres gobiernos, sino también, de alguna manera, en las gestiones de Lula, Cristina Fernández de Kirchner (presidente de Argentina) y Michelle Bachelet (presidente de Chile hasta 2009). O sea, a pesar de las recomendaciones del FMI de reducir el gasto público, estos gobiernos aplicaron políticas heterodoxas. Incluso el gobierno de Alan García, del Perú, que es un gobierno de derecha. Eso les permitió mantener cierto nivel de crecimiento económico. La reacción de Bolivia, Ecuador y Venezuela fue realizada por gobiernos que no tienen las mismas características. De los tres, el que actuó más radicalmente sobre la política económica fue el de Hugo Chávez, con más nacionalizaciones. Pero, francamente, las políticas de Correa, Chávez y Evo Morales no son tan diferentes de las de otros gobiernos en la región. No hay una diferencia radical en el aspecto económico. Existen grandes diferencias en términos de antiimperialismo, de reformas constitucionales, de recuperación de control de los recursos naturales. Pero sería una simplificación decir que hay diferencias astronómicas entre las experiencias económicas de la región. Personalmente, preferiría poder decir que los gobiernos de Ecuador, Venezuela y Bolivia están implementando un modelo realmente alternativo. Sin embargo todavía no es el caso. Hay anuncios y perspectivas que pueden ser muy interesantes, pero no deben confundirse discursos e intenciones con hechos reales.
11.-¿Se puede decir que los Gobiernos de Ecuador, Venezuela y Bolivia están realizando procesos de ruptura anticapitalista y de enfrentamiento global a las elites locales?
La respuesta es claramente negativa. No hay, en el verdadero sentido de la palabra, un proceso de ruptura anticapitalista si hablamos de medidas estructurales que cambian las relaciones de propiedad de manera determinante, que cambia la naturaleza del poder. En estos tres países tenemos sociedades capitalistas. Los grandes sectores de la economía están todavía en manos del gran capital nacional o extranjero. Una excepción parcial es el sector del petróleo en Venezuela, donde la mayor empresa es pública y produce dos tercios de petróleo pero sigue habiendo un Estado burgués. No se han constituido órganos de poder popular basados en la autoorganización de los trabajadores de las empresas o de los sectores campesinos o indígenas. Son sociedades capitalistas que viven procesos muy importantes debido a sublevaciones sociales populares en los últimos veinte años. El «caracazo» en febrero del 89 en Venezuela, la enorme movilización en este mismo país contra el golpe del 11 de abril de 2002 o las grandes movilizaciones populares en Ecuador que tumbaron a cuatro presidentes de derecha. Las enormes movilizaciones en Bolivia que derrumbaron a un presidente y que lograron renacionalizar, por ejemplo, el agua en Cochabamba en abril del 2000. Si se trata de caracterizar a estos tres gobiernos se diría que son gobiernos nacionalistas y antiimperialistas. Por ejemplo, en el gobierno de Rafael Correa, en Ecuador, hay representantes directos de los grandes sectores privados. Existe una izquierda en el Gobierno y claramente un sector orgánico con la burguesía ecuatoriana. Mientras que en los gobiernos de Venezuela y Bolivia no hay representantes tradicionales del capital. Pero nace, al interior del aparato político del chavismo, lo que se llama la boliburguesía. Es decir, un sector del gobierno y del partido del gobierno se está enriqueciendo de una manera muy acelerada y puede transitar, hasta lo que hemos conocido, hacia formas comparables con otras experiencias históricas, como lo fue la revolución mexicana —a partir del Estado mexicano— en el nacimiento de una nueva burguesía dentro de un capitalismo de Estado.
12.-Entonces, ¿estamos frente a una gestión de gobierno y no tanto a un ejercicio de poder?
Para mi lo que pasa es que existe una debilidad en el nivel de autoorganización de los sectores que podrían realmente cambiar de manera definitiva la correlación de fuerzas. Es decir, los asalariados industriales y públicos, los campesinos, los pueblos indígenas. Hay una falta de autoorganización y politización. Aunque se producen logros, por supuesto. Los movimientos y las sublevaciones populares de los últimos años han permitido acumular experiencias, como las de la CONAIE en Ecuador, de las organizaciones sindicales e indígenas de Bolivia, de la Central Obrera Boliviana, muy debilitada por el modelo neoliberal, pero que sigue con una cierta fuerza, y en Venezuela, la de la Unión Nacional de Trabajadores, e incluso las experiencias de ocupación de empresas y algunas de control obrero. Tampoco quiero decir que estamos frente a países en que la apuesta por el socialismo existe solamente en el nivel de discurso. Está claro que hay grandes sectores populares que quieren cambios socialistas. Pero desde estos gobiernos no se ve una clara voluntad para hacer cambios estructurales de fondo. Si la presión no viene desde las bases estos cambios no se darán.
13.- ¿En el Sur, cuál es la situación del debate acerca de la deuda pública?
El tema de la deuda tiene sus altos y bajos. El tema era muy candente en los años ochenta, y volvió a tener mucha fuerza con el default de Argentina a finales de 2001[8]. Ahora estamos de nuevo en una situación de tensión, pero es sólo el comienzo. Entre 2007 y 2008, Ecuador creó una comisión para la auditoria de la deuda, de la que formé parte. Sobre la base de nuestras conclusiones, el gobierno de Correa decidió suspender el pago de 3.200 millones de dólares de deuda en títulos comerciales vendidos en Wall Street y que vencían entre 2012 y 2030. Correa suspendió el pago a partir de noviembre de 2008 y enfrentó a los acreedores, los tenedores de títulos. Consiguió, el 10 de junio de 2009, que el 91 % de los títulos fuesen vendidos por sus dueños al gobierno de Ecuador con un descuento del 65 %. O sea, Ecuador compró títulos por un valor total de 3.200 millones de dólares pagando sólo 1.000 millones. Por lo tanto, economizó 2.200 millones de dólares y todos los intereses que el país tenía que pagar hasta el año 2030. Esto demuestra que incluso un pequeño país puede enfrentarse a los tenedores de títulos e imponerles un «sacrificio». Esos acreedores, que siempre obtuvieron beneficios, tuvieron que abandonar la perspectiva de continuar ganando mucho dinero con sus títulos. La lección es que, si Ecuador consiguió hacerlo, países como Brasil, Argentina y otros también lo podrían hacer.
Argentina había suspendido el pago en 2001, pero en 2005, cometió el error fundamental de canjear los títulos en vez de comprarlos o anularlos totalmente. Canjearon con descuentos, pero debieron seguir pagando los intereses, con un alto tipo de interés. Actualmente, la deuda argentina tiene el mismo volumen que en 2001. La cuestión del pago de la deuda volverá a la escena internacional debido a dos factores fundamentales. Primero, la crisis económico-financiera, que hizo disminuir las exportaciones del Sur y los ingresos fiscales correspondientes, lo que vuelve más difícil el pago de la deuda pública interna y externa. El segundo factor es el aumento del coste de refinanciación de la deuda. Como los banqueros del Norte entraron en crisis, su tendencia es exigir más a los países del Sur que desean endeudarse a nivel internacional.
14.- ¿Cuáles son los principales obstáculos que hay que vencer para lograr que los países del Sur formen un bloque para negociar con sus acreedores?
Realmente, es preocupante la incapacidad de los países del Sur de unirse, bajo criterios comunes y coherentes, para adoptar una estrategia unificada frente a los acreedores. Mientras que, en general, éstos sí trabajan de forma conjunta a través de varios organismos que los apoyan (Banco Mundial, FMI, Club de París, asociación de banqueros privados...).
Por lo tanto, en primer lugar, es fundamental que los países que por el momento no tienen problemas de solvencia o de liquidez, como, por ejemplo, el grupo de países exportadores de petróleo o de otros bienes primarios, se den cuenta de que sus intereses en el mediano plazo se corresponden con los intereses de los países mas frágiles de la cadena de la deuda. En este sentido, es importante reforzar la situación de los más débiles, acercando su posición a la postura de países como Ecuador. Si Venezuela o Brasil hubieran actuado de este modo frente a los acreedores habrían podido imponer a estos últimos condiciones todavía más provechosas para los pueblos de la región.
La correlación de fuerzas es favorable a los países del Sur, porque tienen cómo resistir a un bloqueo financiero de los acreedores del Norte gracias a sus reservas. Los países del Sur deben aprovechar la presente disponibilidad de reservas para imponer fuertes medidas en la negociación. Es un error esperar a que las reservas se reduzcan para comenzar a negociar. Hay que organizar un frente de resistencia común antes de estar contra la pared.
En estos momentos, los acreedores del Norte están sumidos en sus contradicciones internas relacionadas con el rescate de los respectivos sistemas financieros nacionales y el sistema financiero internacional. Una postura radical de los países del Sur podría desembocar en soluciones favorables a sus intereses. Por consiguiente, los gobiernos de los países del Sur, al no existir una sensación de urgencia con respecto a la crisis, piensan que pueden seguir refinanciando su deuda y volver a endeudarse sin mayores problemas. Desde el punto de vista estratégico, es un error adoptar una política de este tipo.
Para romper el círculo vicioso del cual se habla en esta pregunta, son necesarios actos unilaterales soberanos basados en argumentos del Derecho Internacional para lograr una reducción radical de la deuda. En este sentido, sería mejor imponer un repudio unilateral a todas las deudas que sean identificadas como ilegítimas, odiosas y fraudulentas: ésta es la salida.
No es factible una solución concertada entre países acreedores y países deudores. De manera voluntaria, ninguno de los países acreedores, ni mediante sus instituciones, tales como el FMI o el Banco Mundial, renunciará al cobro del total de la deuda. Eso no va a ocurrir.
15.- ¿Por qué se retrasó el lanzamiento del Banco del Sur?
En el momento de escribir estas líneas, ya habían pasado 25 meses desde la firma en Buenos Aires, el 9 de diciembre de 2007, del acta fundacional del Banco del Sur por los jefes de Estado de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela. Algunas divergencias entre los gobiernos retardaron el comienzo de las actividades de la nueva institución, que se cree que reforzará la integración latinoamericana. Al ritmo en que van las cosas, y a pesar de las declaraciones de buenas intenciones y la firma a finales de septiembre de 2009 del acta constitutiva por los 7 presidentes respectivos, el Banco del Sur no entrará en actividad antes de 2012, ya que se debe esperar a que los parlamentos de los países miembros ratifiquen el acta constitutiva que lo pondrá en marcha. Los acuerdos firmados en el acta fundacional designan a Caracas como la sede principal del Banco. Los países se pusieron de acuerdo sobre el principio de «un país = un voto» (a diferencia del Banco Mundial y del FMI, donde los derechos de voto están ligados al poder económico y a la influencia política), y sobre el monto del capital inicial (7.000 millones de dólares,[9] que podrían llegar a 20.000 millones si otros países se adhieren a la nueva institución).
Dicho esto, se debe señalar que se concretó una evolución negativa durante los largos meses de negociaciones que siguieron a la firma de la creación del Banco: Brasil consiguió edulcorar el principio de un país un voto, al limitar su aplicación sólo a algunas decisiones. En realidad, Brasil no tiene una verdadera necesidad de un nuevo banco multilateral para América Latina, puesto que dispone de un banco público de desarrollo muy importante, el BNDES, que controla totalmente y que tiene una cartera de préstamos muy superior a la del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo y del futuro Banco del Sur. Este gran banco financia una gran cantidad de proyectos en toda Latinoamérica y en otros lados, con la condición de que los países receptores compren «brasileño». Esto ha permitido a las empresas brasileñas exportar sus mercaderías y sus servicios y también realizar grandes obras de infraestructura. En consecuencia, el gobierno brasileño se adhirió con desgana a este proyecto de Banco del Sur, y tanto más cuanto que esta nueva institución fue iniciada por Hugo Chávez, con una línea política más radical que la de Lula, en particular, con respecto a Washington y Bruselas.
La negociación sobre el Banco del Sur no debe, por lo tanto, quedar estancada en el nivel gubernamental. Por otra parte, en cuatro veces por lo menos, los movimientos sociales de los países miembros dirigieron cartas a los jefes de Estado correspondientes, con una serie de propuestas.[10] Por ejemplo, los movimientos sociales firmantes de las cartas se oponen a que los funcionarios de la nueva institución gocen de los privilegios y la impunidad de la que gozan los funcionarios del FMI, del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo y de otras instituciones internacionales (pero el último proyecto de constitución adoptado por los ministros en junio de 2009, prevé la inmunidad de los funcionarios). Los movimientos sociales quieren garantías de transparencia y control.
16.- ¿Qué pensar del llamamiento de Hugo Chávez a constituir una Quinta Internacional?
A fines de noviembre 2009 durante una reunión de partidos de izquierda en Caracas, Hugo Chávez lanzó esta propuesta de creación de una Quinta Internacional, que reuniera movimientos sociales y partidos de izquierda.[11] Es una propuesta que, realmente, tuvo bastante poca repercusión. Pienso que la idea es, en principio, muy interesante. Puede ser una buena posibilidad si genera una reflexión, un diálogo entre partidos y movimientos sociales: una Quinta Internacional como instrumento de convergencias para la acción y para la elaboración de un modelo alternativo.[12] Sin embargo, desde mi punto de vista, no sería una organización como las Internacionales anteriores, que eran —o todavía son, pues la Cuarta Internacional continúa existiendo— organizaciones de partidos con un nivel de centralización bastante elevado. Considero que la Quinta Internacional no debería tener ese nivel de centralización y no debería implicar la autodisolución de las redes internacionales. Éstas podrían adherir a esta nueva Internacional manteniendo sus características, aunque tal adhesión sería una prueba de que todas las redes o grandes movimientos nacionales tienen el propósito de ir más allá de los frentes puntuales, como los que se constituyeron con motivo de la Cumbre del Clima de Copenhague, la soberanía alimentaría, la deuda… Varias redes tienen banderas comunes, y eso es positivo. Pero si fuese posible llegar a formar un frente permanente… Con esta última expresión, tal vez se esté dando un elemento de definición: la Quinta Internacional debería ser, en la situación actual, un frente permanente de partidos, movimientos sociales y redes internacionales. El término «frente» implica, claramente, que cada uno mantendría su identidad, pero que daría prioridad a lo que los une para alcanzar determinados objetivos en común y avanzar en la lucha. Los últimos meses fueron una nueva demostración de la necesidad de aumentar la capacidad de movilización, porque la realizada contra el golpe en Honduras fue claramente insuficiente. Y es preocupante, las fuerzas golpistas en todo el mundo consideran que esa es nuevamente una opción razonable ya que Estados Unidos apoyó el golpe al legitimar las elecciones.
17.- ¿Entonces, en una Quinta Internacional es posible, conciliar, en torno a acciones políticas comunes, las distintas corrientes de izquierda que formarían esa nueva organización?
Es necesario comenzar con un diálogo consultivo para intentar llegar a ese resultado. No podemos precipitarnos. La Quinta Internacional, para ser algo realmente efectivo, tiene que escuchar y reunir una cantidad muy significativa de organizaciones. Hacer una Quinta Internacional con una pequeña parte del movimiento no valdría la pena. Sería matar el proyecto o limitarlo. Abrir la perspectiva de un debate sobre ello me parece muy necesario.
Traducido por Griselda Pinero y Raúl Quiroz
[1] Texto preparado sobre la base de varios trabajos de Eric Toussaint y de sus compañeros del CADTM para el "IV Encuentro Internacional de Economía Política y Derechos Humanos. América Latina- 200 años. Hacia la Independencia Económica y la Justicia Social. La Economía al servicio de los pueblos", Buenos Aires, septiembre 2010 (www.madres.org/encuentro).
[2] Eric Toussaint es presidente del CADTM Bélgica (Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, www.cadtm.org ), es doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Lieja (Bélgica) y de la Universidad de París VIII (Francia). Es autor de La Crisis Global, Ediciones Madres Plaza de Mayo, Buenos Aires, 2010; de Una Mirada al Retrovisor. El neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad, Icaria, Barcelona, 2010; de Banco del Sur y Nueva Crisis internacional, Editorial Viejo Topo, Barcelona, enero 2008; Editorial Abya-Yala, Quito, junio 2008; Observatorio DESC, La Paz, octubre 2008; de Banco mundial, el golpe de estado permanente Editorial Viejo Topo, Barcelona, enero 2007; Editorial Abya-Yala, Quito, julio 2007; CIM, Caracas, agosto 2007; Observatorio DESC, La Paz, noviembre 2007; de La Bolsa o la Vida, CLACSO, Buenos Aires, 2004; Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2004; Editorial Abya-Yala, Quito, 2002; coautor, con Damien Millet, de 60 Preguntas/60 respuestas sobre la Deuda, el FMI y el Banco Mundial, Icaria/Intermón Oxfam, Barcelona, 2010.
[3] También hay que mencionar las extraordinarias huelgas en Martinica y Guadalupe, territorios franceses de ultramar.
[4] Es necesario subrayar que hubo importantes huelgas victoriosas de obreros industriales en China, donde el desempleo es relativamente bajo. Es vital seguir de cerca la evolución de las luchas populares en los próximos años en Asia, empezando por China. En Bangla Desh en julio-agosto 2010, también hubo un gran huelga victoriosa de l@s de trabajadores de la industria textil (donde trabajan 2,5 millones de obrer@s), lograron un aumento salarial de 85% (el salario es sumamente bajo: paso de 23 dólares mensual a 43!).
[5] Véase Eric Toussaint, «Du coup d'Etat au Honduras aux sept bases US en Colombie: la montée de l'agressivité de Washington», 7 de diciembre de 2009, www.cadtm.org/Du-coup-d-Etat-au-Honduras-aux
[6] El economista brasileño Ruy Mauro Marini es precursor en caracterizar a Brasil como imperialismo; «Se puede identificar a Brasil como la más pura expresión del subimperialismo, en nuestros días. […] ¿Acaso la política expansionista brasileña en América Latina y África, además de la búsqueda de mercados, no corresponde al intento de asegurarse el control de fuentes de materias primas —como el hierro y el gas de Bolivia, el petróleo de Ecuador y de las colonias portuguesas en África, el potencial hidroeléctrico de Paraguay— y, aún más, al de cerrarles las posibilidades de acceso a las mismas a posibles competidores, como Argentina?" Véase Ruy Mauro Marini, Subdesarrollo y revolución, Siglo XXI Editores, México, (quinta edición) 1974, capítulo 1, pp. 1-25. Véase sus obras en: http://www.marini-escritos.unam.mx/
[7] En Brasil, 11 millones de familias que viven por debajo del umbral de pobreza reciben entre 7 y 45 euros al mes. Esta medida supone una mejora real para el día a día de casi el 24% de la población cuyos ingresos apenas aseguran su supervivencia. En las elecciones de 2006, los mejores resultados de Lula fueron en las regiones más pobres del país, gracias a la aplicación de este plan, ejecutado en 2003 durante su primer mandato. Véase V. M. Castro y M. Bursztyn, «La inclusión social o la mitigación de la pobreza? Las lecciones de las recientes experiencias de Brasil», Centro para el Desarrollo Internacional, Universidad de Harvard, www.politiquessociales.net/IMG/pdf/027.pdf El Banco Mundial apoya este programa: http://go.worldbank.org/PE5Z73M330 El gobierno de Lula anunció en noviembre de 2009 que tenía previsto distribuir de forma gratuita 11 millones de teléfonos celulares a familias pobres. El coste mensual para el usuario será de 3 euros.
[8] A raíz de una rebelión masiva del pueblo aunada a la falta de liquidez entre finales de 2001 y marzo de 2005, el gobierno de Argentina suspendió el pago de $100.000 millones de dólares en forma de bonos.
[9] Se trata de un monto muy pequeño si se compara con las reservas de cambio disponibles que se destinará a las necesidades de los Estados para financiar el desarrollo y también a otros bancos (el BNDES solo dispone de un capital mayor).
[10] La primera carta data de junio de 2007, http://www.cadtm.org/Carta-abierta-a-los-Senores , hay otra de octubre de 2007: http://www.cadtm.org/Movimientos-y-organizaciones; la segunda es de diciembre de 2007: http://www.cadtm.org/Segunda-carta-abierta-a-los ; la tercera es de octubre de 2008 y la cuarta carta es de agosto de 2009, www.cadtm.org/Declaración-de-Quito-sobre-el
[11] El encuentro internacional de partidos políticos de izquierdas celebrado en Caracas en noviembre de 2009, después de haber tomado nota de la propuesta hecha por el comandante Hugo Chávez Frías para convocar la 5ª «Internacional Socialista como el espacio donde los partidos de orientación socialista, movimientos y diversas corrientes de pensamiento sean capaces de unirse para proponer una estrategia común para la lucha contra el imperialismo, el cambio del capitalismo por el socialismo y la integración económica en el marco de la solidaridad» en el «Compromiso de Caracas», http://www.psuv.org.ve/files/tcdocumentos/commitment.caracas.pdf
[12] Un llamamiento internacional se ha puesto en marcha sobre esta cuestión: «Propuesta para una Internacional Socialista participativa» por ZNET http://www.zcommunications.org/newinternational.htm
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