viernes, 1 de octubre de 2010
Benedicto XVI insta a los jefes de Estado y de Gobierno reunidos en la ONU, "a trabajar juntos para lograr un mundo libre del flagelo de la extrema pobreza"
Benedicto XVI insta a los jefes de Estado y de Gobierno reunidos en la ONU, "a trabajar juntos para lograr un mundo libre del flagelo de la extrema pobreza"
Martes, 21 sep-2010(RV).- Por medio del cardenal Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, Benedicto XVI dirigió un cordial saludo a los jefes de Estado y de Gobierno reunidos, en estos días en la ONU, alentándolos «a trabajar juntos para lograr un mundo libre del flagelo de la extrema pobreza y asegurar que todos los niños, mujeres y hombres en todos los países del mundo tengan las condiciones necesarias para vivir sus vidas en la libertad y la dignidad».
Así empezó ayer su intervención el cardenal Peter Turkson, en el marco de la reunión plenaria de alto nivel de las Naciones Unidas sobre los objetivos de desarrollo del Milenio, que del 20 al 22 de septiembre se está celebrando en el Palacio de Cristal de Nueva York, sede de la ONU.
El purpurado subrayó que Benedicto XVI - como signo de la universalidad del mensaje de la Iglesia Católica - desea colaborar con hombres y mujeres de todo el mundo, tanto de países desarrollados como en vías de desarrollo, así como con las culturas cristianas y no cristianas. Y aludió al nombramiento hecho por el Papa para que él, hijo de África y de la Iglesia, fuera su asistente en las cuestiones relativas a la justicia y la paz entre los pueblos. Recordó que la lucha internacional contra la pobreza no puede limitarse a la gestión de las variables económicas, tales como las finanzas y deuda externa, ayudas de comercio y desarrollo.
Desafortunadamente, puntualizó, la campaña para el desarrollo implementada por organismos internacionales ha revelado que el éxito no está en la excesiva asistencia económica, sino en la creatividad y la inventiva, el compromiso y los innumerables sacrificios de "actores pequeños." Por ejemplo, de los gobiernos locales y las autoridades municipales, las grandes y pequeñas organizaciones no gubernamentales, de las comunidades de trabajadores nacionales e internacionales, de las cooperativas, las asociaciones de consumidores, grupos de defensa —, así como de las organizaciones "basadas en la fe."
En su extenso discurso ante la Asamblea de la ONU, el cardenal Turkson recordó que -para la obtención de los Objetivos del Milenio- la dignidad y la igualdad; la individualidad y la trascendencia de cada ser humano, deben ser el fundamento de la política de todos y cada uno. Además subrayó que la apertura moralmente responsable a la vida representa una riqueza económica y social (Caritas en veritate, 44). El respeto de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural y el respeto de la capacidad de los hombres y de las mujeres de vivir una vida moral dignas, afirma su trascendencia personal, incluso si viven en la pobreza.
La Santa Sede, recordó el presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, cardenal Peter Turkson, reafirma su convicción de que sólo se obtendrán grandes beneficios para todos los que ahora viven en la pobreza, si los Objetivos del Milenio son entendidos y perseguidos en armonía con las normas morales objetivas de la naturaleza humana (cf. Caritas en Veritate, n. 44, 68-70 y 75).
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