Alberto Nájar
México vive una paradoja electoral: los datos oficiales indican el candidato Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ganó la mayoría de los votos en las presidenciales del domingo, pero legalmente no se le puede llamar aún presidente electo.
Ese reconocimiento solo se producirá cuando se agoten todas las impugnaciones al proceso que presenten sus adversarios políticos, algo que podría tomar hasta septiembre.Según analistas consultados por BBC Mundo, es un sistema basado en la sospecha hacia los partidos políticos, pero que sin embargo no termina de contar con la confianza de parte del público.
Los tiempos del carrusel
Hasta 1989 la organización de las elecciones estaba a cargo de la Comisión Federal Electoral, que dependía de la Secretaría de Gobernación.No era un organismo imparcial, subraya el especialista en materia electoral Jorge Alcocer Villanueva, pues muchos de sus empleados eran militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
"Había relleno de urnas, porque no eran transparentes, no había control de las boletas, y los partidos de oposición eran muy frágiles, no podían cubrir todas las casillas (de votación)", recuerda Alcocer
Tampoco existía control de votantes, pues la credencial de elector era de cartón, y los datos se llenaban con máquinas de escribir. Cualquiera podía fabricarlas.
"En los años 80 había lo que en México se llamaba 'carrusel': ciudadanos que votaban varias veces porque no existía una credencial de elector confiable".
El resultado eran elecciones cuestionadas, como la de 1988, cuando ganó la presidencia Carlos Salinas de Gortari, proceso que disparó el proceso de reformas que derivó en el actual sistema electoral.
Un ciudadano, un voto
Las elecciones están a cargo de un consejo ciudadano elegido por el Congreso llamado Instituto Federal Electoral, donde los partidos tienen representación pero sólo cuentan con derecho a expresar sus opiniones.
También se reforzó al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife), que tiene la última palabra en materia de elecciones.
Las credenciales de elector tienen varios controles de seguridad, como hologramas y registro digitalizado de las huellas de los electores.
Lo mismo sucede con las boletas con que se emite el voto.
Es un sistema electoral muy distinto al del pasado, insiste el especialista Alcocer que "se construyó a partir de la evidencia de un mecanismo electoral que operaba bajo control del PRI".
Cultura política
Pero no obstante estos candados, algunos todavía no avalan por completo al sistema electoral.Como el candidato de la coalición de partidos de izquierda llamada Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, quien ha calificado a la reciente elección presidencial que da el triunfo a Enrique Peña Nieto, del PRI, como "sucia" e "inequitativa".
"Debemos ser conscientes de nuestra cultura política", le dice a BBC Mundo Bernardino Esparza, académico del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe).
"La gente debe estar más consciente de lo que está buscando, necesita leer, tener más cultura política, informarse más de lo que está sucediendo", insiste.
Para Jorge Alcocer "el problema no es el sistema electoral de México, sino que los contendientes aprendan a aceptar los resultados de los comicios".
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