miércoles, 21 de julio de 2010

Blázquez estudia relevar al cura de Zaratán [España]

Blázquez estudia relevar al cura de Zaratán
J. Asua
Norte de Castilla, 20 de Julio de 2010

El arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, está estudiando si releva como párroco de Zaratán al sacerdote Ó. F. L., después de confirmar que el cura envió mensajes subidos de tono a una menor alicantina a través de la red social Tuenti. El arzobispo alaba al progenitor por su «tenacidad» al evitar que se pudiera llegar a algo más grave. Los padres de la chica, de 14 años, interponen una denuncia ante la Guardia Civil de Valladolid y el prelado les pide perdón en una carta.

El delicado episodio ha obligado al prelado de la Diócesis a enviar una carta a la familia de la niña, en la que pide perdón por el «reprobable comportamiento» del pastor, y en la que alaba «el celo paterno y la tenacidad para cortar de raíz este incidente y evitar que pudiera llegar a una situación más grave».

Los padres de la chica, que tiene 14 años recién cumplidos, han viajado este fin de semana a la capital vallisoletana para presentar una denuncia ante la Comandancia de la Guardia Civil, en la que ponen en conocimiento de la Benemérita, junto a una completa documentación, unos hechos que se iniciaron el pasado 23 de junio. Fue entonces cuando el progenitor de la adolescente, médico de profesión, accedió a la cuenta de su hija en Internet y detectó que ésta estaba chateando con un mayor de edad.

Pronto advirtió que la conversación no era normal. En el primer mensaje, enviado ese día a las 16.38 horas, Ó. F. L. le escribe a la niña: «Ola…queria decirte que eres un bellezon de chica, estas tremenda… no creo que te moleste pero es la verdad. con chicas como tu en este mundo merece la pena vivir. jejeje besos preciosidad (sic)». En su contestación, la adolescente se muestra sorprendida por el inesperado ‘piropo’.

Minutos más tarde, el sacerdote, de 30 años y ordenado como presbítero en mayo del 2009 en la Catedral de Valladolid, insiste: «Jejeje, eso ya no es amor a primera vista sino cariño al primer mensaje jejejeje. Bueno no se si e sque te miras poco al espejo ero es verdad que estas estupenda y mas en esa foto principal en bikini tan sexy. Ademas puede que haya un pequeño problemilla jejeje que tengo unos cuantos años mas que tu jajajaja pero te saco mas de 10 años (sic)», le espeta el clérigo, que firma los mensajes con su nombre real y que da un paso más al pedirle su dirección de ‘messenger’.

Tras leer los textos, el padre inicia una investigación y localiza el perfil de religioso en Facebook, donde cuelga su foto de medio plano y una relación de sus gustos y aficiones. No tiene que indagar mucho para descubrir que Ó. F. L. ejerce como párroco en el municipio de Zaratán. Primero, de manera anónima y a través de la red social, el progenitor le exige al cura que cese cualquier contacto con su hija y le advierte de las consecuencias legales. Es 25 de junio.

Lo niega todo

La primera reacción del sacerdote es negarlo todo. Le asegura que es probable que alguien le haya suplantado en Tuenti. Incluso en uno de los mensajes felicita al padre «por vigilar con quién andan sus hijos». Añade Ó. F. L.: «Ojala muchos padres lo hiciesen, pero antes de presentar denuncias por sospechas como esta que usted tiene conmigo le pediria que las corrobore, porque denunciar a alguien por sospechas de pederastia es algo muy grave y si es cierto pues estupendo, pero si es falso puede acer usted mucho daño a esa persona (sic)», subraya el sacerdote textualmente.

Sin embargo, el religioso apenas tarda un día en derrumbarse y admitir la autoría. Después de un intercambio de correos y cuando el padre de la niña ya se ha identificado, Ó. F. L. envía un nuevo mensaje el 26 de junio en el que le pide perdón a él y su hija. «Muchas veces la reaccion es intentar que escampe, y es lo que yo hice.

Siento muchisimo el daño que le haya podido hacer a usted o a su hija, y de nuevo le pido perdon. Esta tarde he hablado con mi vicario, y espero poder hablar con mi obispo mañana o pasado, para pedirle perdon a el tambien y para ponerme en sus manos para lo que el crea conveniente. Espero que me perdone y ya que es usted creyente o al menos por lo que me dijo esta cercano a la Iglesia, le pido que rece por mi (sic)», solicita.

Inmediatamente el padre de la menor alicantina se pone en contacto telefónico con el vicario de zona, Luis Argüello, para comunicarle lo sucedido. El responsable eclesial le asegura que conoce los hechos. Ó. F. L. ya ha confesado ante sus superiores.

El pasado 11 de julio el matrimonio recibe un correo electrónico en su domicilio con una carta firmada por el arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez Pérez. En la misiva, el prelado lamenta que la primera comunicación con ellos esté motivada «por el reprobable comportamiento de un sacerdote de nuestro presbiterio». «Puede comprender que también para mí conocer lo que ha ocurrido me ha producido un gran disgusto y una gran preocupación», confiesa el monseñor.

Después de pedir perdón y reconocer la «tenacidad» del padre para cortar de raíz este episodio, el arzobispo asegura que está «decidido a que en todo se haga justicia y sean atendidas las víctimas». «Tenga también la seguridad -recalca Blázquez en su carta- de que estamos ya abordando la situación de Ó. siguiendo las indicaciones últimas de la Santa Sede; en este sentido ya he dado instrucciones para conocer a fondo la situación y obrar en consecuencia.

Deseo conocer si se trata de un caso aislado, siempre condenable y particularmente indigno de un sacerdote, o de un problema de personalidad e inmoralidad que condicionara al ejercicio del ministerio sacerdotal. Puedo asegurarle que el estudio psicológico realizado en su etapa formativa no mostró nada anormal», destaca el arzobispo, quien considera que la petición de perdón por parte del párroco ha sido sincera y «que va unida a la decisión de cortar totalmente con la vergonzosa comunicación que vía Internet ha tenido lugar», añade el prelado.

El padre admite las disculpas del arzobispo -no las del joven cura-, pero considera que la reacción es insuficiente. Sospecha que su hija «no ha sido la única» y cree que, como medida cautelar, el párroco debería haber sido apartado de manera fulminante. De momento, el religioso permanece en su puesto y durante este pasado fin de semana ha continuado con su ministerio en la Iglesia de San Pedro, donde ha bautizado y ha celebrado la eucaristía del domingo. Es probable que la Guardia Civil le tome declaración hoy o mañana.

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