OSIEL CASTILLO BARRAZA
MP111018
Mr. Holding.- A setenta y cuatro días de que entre el 2012, el sector empresarial ve un año harto difícil, con crecimiento débil, entorno global nebuloso y lleno de retos insospechados, mientras que para los políticos es el año de que se encumbran o se van a su casa y se preparan con todo para exhibirse unos a otros. De esos escenarios nos han dado bastantes muestras en este 2011 que aún depara sorpresas. Para muestras sobre tiempos de adversidad tenemos el caso de Cemex, el grupo global al que se le acusa de no mostrar nuevas alternativas para sortea la inédita crisis que vive en donde el precio de sus acciones se ha pulverizado. El mutis de la cementera extraña en los mercados nacionales e internacionales, acostumbrados a verlos pujantes. A nivel de pymes, los pronósticos hablan de un crecimiento débil, sin avances notables, en donde la situación global no termina de definir rumbo y piso de la crisis europea y de la posible recesión en los Estados Unidos. No es posible proyectar crecimiento y menos vaticinar cuánto se invertirá, cuántos nuevos empleos se crearán y en qué porcentaje crecerán en el 2012. Vienen tiempos difíciles para las empresas, las únicas que generan trabajos productivos y riqueza que permea a la sociedad. En cambio, en la política... Vemos políticos de todos colores y sabores creyendo ser la salvación del país, con administraciones dejadas en ruinas a su paso pero llenos de una soberbia y cinismo sin precedentes. El único acierto es haber suspendido los derechos políticos de Adalberto Madero Quiroga y de haberse exhibido la punta del iceberg de la enorme impunidad en el municipio de Monterrey con Fernando Larrazabal a la cabeza. Por lo demás, vemos un ente político ambicioso, en busca de puestos de representación popular, alcaldías, gubernaturas, diputaciones federales y senadores que en su conjunto es una parte importante en el coso país. A todos ellos y sus achichincles hay que mantenerlos entre tres y seis años con salarios, bonos, transporte aéreo y terrestre, prestaciones y manos libres para cobrar comisiones y otras linduras llamadas cabildeo.
Son escenarios de un país incompetente en donde unos cuantos mantienen una pesada carga burocrática y política para medio funcionar. Son miles de políticos que sin rubor algún devorarán fácilmente los impuestos de empresas, sobre todo pymes, porque las grandes pagan impuestos diferidos. Por eso todos quieren un hueso, para preocuparse menos y casi no trabajar. Da escalofrío lo incompetentes que somos y como hemos soportado el crecimiento del costo país manteniendo a esta casta dorada de la sociedad que son los políticos.
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